Multinacionales con «Ñ»

La inestabilidad económica que deja ver el Gobierno de España contrasta de forma severa con la situación de las grandes compañías nacionales. Así, mientras el Ejecutivo lucha por desmarcarse de los denominados países periféricos y cada rebrote de la crisis de deuda salpica su financiación en el mercado, la historia corporativa de las multinacionales «con Ñ» muestra a las claras la vocación de crecimiento del sector privado.

Los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, han pasado por el desierto de la crisis con mayor solvencia que el resto de sus homólogos en todo el mundo. El hecho de que no hayan tenido que solicitar ayuda al Estado y que la crisis «subprime» tuviera un efecto mínimo en sus balances refuerza la idea de que las finanzas nacionales atraviesan un buen estado de forma.

El sector energético, pionero en el desarrollo de energías limpias, cierra una década de continuos movimientos corporativos y de expansión internacional. Empresas como Iberdrola, Endesa, Repsol, Gas Natural o Gamesa cada vez tienen una mayor parte de sus ingresos procedentes del extranjero y el negocio tiene la vista puesta en las economías emergentes para consolidar su actividad.

El sector de la construcción, por último, cuenta con miembros destacados a nivel internacional y la experiencia de firmas como ACS, FCC o Sacyr les ha hecho ganarse un prestigio innegable. El «ladrillo» español no ha muerto, por mucho que quieran enterrarlo.