Champions League

Oviedo

El Madrid (6-1) de festival en festival

A los diez minutos ya perdía el Racing, minimizado por un equipo ejemplar. Cristiano hizo cuatro goles

Media hora de Canales ante sus paisanos
Media hora de Canales ante sus paisanoslarazon

El Racing, otro «pobre», como el Deportivo o el Málaga, nueva víctima del apetito insaciable del Real Madrid, hace cuatro encuentros sin la puntería que demandaban las ocasiones de gol que generaba y ahora infalible ametralladora. Golea sin aparente esfuerzo y a quienes le acusan de no haberse cruzado aún con un adversario de calidad contrastada bien se les puede replicar que los rivales claudican incapaces de sobreponerse a un ciclón. El Racing recibió media docena –cuatro de Ronaldo–, como el Deportivo, y el Madrid se consolida en el liderato. Es un espectáculo.

Con menos intensidad, con menos furia que frente al Milan, el Deportivo o el Málaga; con más pausa y reposo, pero idéntica efectividad, el Madrid empezó a ganar al Racing a los diez minutos. Ni siquiera se inmutó cuando, en los albores, Casillas tuvo que salir del área a despejar un contragolpe. El capitán no acusó el viaje a Oviedo para recoger el premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Su condición física es excelente y su concentración, sargento Mourinho, máxima.

Planteó Miguel Ángel Portugal, quien pudo haber sido entrenador madridista en tiempos de Ramón Calderón, un encuentro valiente, y suicida. Discutió la posesión del balón al Madrid y drante unos minutos se lo apropió. Si el contrario no tiene la pelota no crea peligro... Pero tambén adelantó la defensa, ahí erró. Frente a la precisión en los centros de Di María o el mismísimo Arbeloa, y la velocidad de Higuaín y Cristiano Ronaldo, los zagueros racinguistas eran tanques.

El Madrid sube, baja, se organiza como un acordeón; combina, triangula, saca el balón desde atrás, sin demora, y encuentra, siempre, un receptor en condiciones ventajosas. Así se comportan los jugadores madridistas y no les resulta difícil recoger la cosecha. Están crecidos, entusiasmados con lo que hacen, y no se confían. Mejoran cada partido y algunos, como Marcelo, ya no se ponen límites. El brasieño defiende sin alardes y cuando cruza el campo lo hace con una convicción imposible de contrarrestar. Y eso que ayer Mourinho cargó el juego en la banda derecha más que en la izquierda. Los tres goles nacieron por la diestra. Di María inventó un centro largo y preciso que cayó milimétricamente en los pies de Higuaín, sin piedad al chutar. Cinco minutos después, centró el «Pipa» y remató Ronaldo. En ambas ocasiones, la defensa cántabra pagó su tremenda lentitud. Fue muy fácil ganarle la espalda.

A los 26 minutos, Di María, inspirado, solidario y efectivo, inició un contragolpe con una preciosa «rabona». Corrió Cristiano con la pelota, centró y Toño detuvo la «chilena» del argentino. La jugada hubiese merecido ser el tercer gol, por la belleza de cada uno de sus acordes; sin embargo, llegó un minuto después: centró Özil, desde la derecha, y «CR7» se adelantó a los zagueros y marcó.

Con 3-0 y el encuentro a buen recaudo, el Madrid espació sus ataques y se concentró en las labores defensivas, como si fuera un ensayo. «Atacamos de perlas, vamos a defender de cine». ¿Y el Racing?, un «sparring», con todo el respeto que merecen este plantel y las anchoas del presidente Revilla, quien soportaba el chaparrón en la grada envuelto en la bufanda de su equipo del alma.

Si al Madrid le sale todo, al rival sólo le queda resignarse y pasar el trago limitando los desperfectos. Colsa, Diop, Kennedy y Munitis se multiplicaban en la media para tapar huecos y procurar algún balón aprovechable a Rosenborg, abandonado a su suerte. No podían y sus defensas, todavía menos. Una nueva incursión por la derecha, en el minuto 47, terminó con el 4-0. Centró Di María y Ronaldo, aquél de la ansiedad, hizo el tercero de los suyos. Antes chutaba y o lo despejaba alguien o salía fuera; ahora convierte en gol todo lo que dispara. No falla ni los penaltis, así transformó el 5-0, tras una falta de Cisma a Di María.

Cuatro de Ronaldo, uno de Higuaín y Toño, atribulado portero racinguista, intuía que el castigo no se iba a quedar ahí. En esto sí acertó porque Özil firmó la media docena. Alcanzado el «set» con una facilidad y una efectividad pasmosas, Mourinho pensó en el futuro, en el partido de Copa en Murcia, el martes, e introdujo cambios. Quitó a Özil, Higuaín e incluso a Marcelo. Pero no fue por dejar la zaga con tres defensas por lo que llegó el tanto del Racing. Tuvo toda la fortuna del mundo cuando disparó Diop y la espalda de Rosenberg desvió lejos del alcance de Casillas. Canales no desentonó, sino todo lo contrario; tampoco Pedro León, pero a Benzema se le vio fuera de foco. El francés fue el más flojo de este Madrid que cabalga a lomos de la Liga, de festival en festival.


Media hora de Canales ante sus paisanos
Sergio Canales, que el año pasado con la camiseta del Racing demostró su calidad, tuvo ayer oportunidad de jugar media hora ante sus paisanos. El centrocampista cántabro sustituyó a Özil un minuto después de que el alemán hiciera el sexto. Y Sergio trató de combinar con sus compañeros, de buscar a Ronaldo, Di María y Benzema con sus pases y de juntarse con Xabi Alonso y Khedira cuando el Racing trató de estirarse. Para Sergio, totalmente recuperado de su lesión, los minutos le supieron a gloria, pese a que el resultado fuera un poco agridulce.


- Ficha técnica:

6 - Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Carvalho, Pepe, Marcelo (Pedro León, m.70); Khedira, Xabi Alonso; Di María, Özil (Canales, m.64), Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, m.66).
1 - Racing: Toño; Francis, Henrique, Ponce, Torrejón (Ariel, m.46), Cisma; Diop, Colsa (Lacen, m.67), Keneddy, Munitis (Arana, m.55); y Rosenberg.
Goles: 1-0, m.10: Higuaín. 2-0, m.15: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.27: Cristiano Ronaldo. 4-0, m.47: Cristiano Ronaldo. 5-0, m.55: Cristiano Ronaldo de penalti. 6-0, m.63: Özil. 6-1, m. Diop.
Árbitro: Muñiz Fernández (colegio asturiano). Amonestó a Canales y Arbeloa por el Real Madrid, y a Cisma y Arana por el Racing.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la octava jornada de Liga, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 75.000 espectadores.