Aragón
Se busca inversor para búnker
Los socios creen que tormentas solares, ataques nucleares, terremotos o tsunamis amenazan el mundo.
Madrid- Sostiene el sociólogo alemán Ulrich Beck que en la actualidad se vive en una sociedad del riesgo, en la que la amenaza terrorista o las catástrofes naturales dominan el sentir y los miedos de la población globalizada. Por otro lado, los mayas tenían en su calendario el año 2012 como el que marcaba, en el mes de diciembre, el fin del mundo. Pero ahí no queda el catastrofismo, ya que según investigaciones realizadas por la Nasa, a finales del año 2012 se prevé alcanzar valores máximos de la actividad solar nunca antes registrados, lo que puede generar una tormenta solar de consecuencias impredecibles. Igualmente, hay que considerar que «lo único que sí aparece ahora es un ciclo de manchas solares, que suele ser el prolegómeno de los picos máximos de tormentas solares», explica Jonatan Bosque, presidente del Grupo de Supervivencia España 2012. Esta asociación quiere estar preparada no ya sólo para un hipotético fin del mundo, sino más bien para las grandes catástrofes que pudieran asolar la Tierra, y para ello, ofrecen búnkeres como medida preventiva ante posibles ataques nucleares, tormentas solares, terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas.Tras el intento frustrado de asentarse en la sierra madrileña, tuvieron que buscar nuevos lugares, ya que el dueño del terreno en el que se habían fijado en Guadarrama pedía demasiado dinero. «De momento, sólo tenemos un búnker en Aragón», declara Jonatan, quien plantea el problema de que «España no está preparada para ninguna catástrofe, y apenas se invierte en seguridad». En la actualidad están construyendo su segundo búnker en un lugar cercano al primero, y Jonatan apunta que «nuestra intención es tener uno en cada Comunidad, pero esto nos llevaría más allá de 2012», confiesa irónico el presidente de la asociación, que reconoce tener terrenos en Granada y proyectos en otras provincias del sur.Retornando al centro de la Península, desde la corporación quieren volver a intentarlo en Madrid, para lo que buscan terrenos y socios, que tendrían que desembolsar, como mucho «1.500 euros», aunque el dinero «no se paga a la asociación, sino que se destina a una cooperativa desde la que se financian las obras». Asimismo, el precio de cada refugio anticatástrofe en el que caben 150 personas, ronda los 120.000 euros. Ahora bien, si hay algún socio que haya pagado su plaza en el búnker de Aragón y después se construye en Madrid «puede cambiarse». Eso sí, Jonatan también asegura que «no se puede especular con las plazas». Pese a todas las críticas que han recibido, es bastante claro al respecto. «No creo que se acabe el mundo, soy bastante escéptico», comenta. En realidad, la misión principal de los búnkeres se centra en las grandes catástrofes. «Imagina que la nube tóxica del volcán de Islandia hubiera bajado al nivel del mar, ¿dónde nos habríamos metido?», reflexiona el presidente de esta asociación. El búnker parece su respuesta más sólida, en cuyo interior se puede vivir «un año perfectamente».
Un menú casero para vivir bajo tierraPara los búnkeres se buscan las partes más altas de España. La supervivencia se asegura gracias a sistemas electrógenos autónomos alimentados con diésel y al almacenaje de todo tipo de víveres: agua, elementos para hacer fuego, iluminación, equipamientos, energía o comida envasada deshidratada por congelación. Desde arroz con leche hasta dorada a la indiana, pasando por curry de atún, salmón con patatas o pasta con verduras son el menú «bunkeriano».
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