Zaragoza
Mujeres golpeadas por Idoia Arbillaga
El próximo viernes se celebra el Día Internacional Contra la Violencia de Género una vez más, y una vez más sumamos tiros, puñaladas, golpes… Asesinatos, tristeza. Nos resultan más cercanos los casos sucedidos este año en España: una menor dominicana de 17 años en Madrid, otra joven asesinada y luego enterrada en el jardín de su víctima, otra apuñalada hasta la muerte en Zaragoza, una mujer tiroteada en Girona, y muchas otras víctimas. Sin embargo, el internacionalismo de la fecha me ha llevado a reparar en un caso sobrecogedor que evidencia la enferma moral de Gadafi, también sexualmente. Las declaraciones para «Le Monde» de una de las muchas mujeres que mantenía secuestradas durante años y violadas cotidianamente resulta espeluznante. La joven de 22 años, que permanece en el anonimato, declara haber sido recluida por Gadafi a los 15 años; durante 5 años sufrió las brutales violaciones sádicas de un Gadafi descrito como cocainómano, que la obligaba a consumir esta sustancia y alcohol, que la golpeaba brutalmente, la mordía, le produjo desgarros en los senos y los genitales. ¿Ése era el placer del hombre que se tenía por representante de Alá en su tierra? El problema no es sólo este asesino que murió asesinado (difícil contener la ira de un pueblo tan pisoteado), el problema es que no parecen darse los necesarios cambios sociales como para que los hombres asuman su igualdad ante la mujer. Lo sigo viendo en los chicos: «¡Cállate, anda, que eres tonta!»-A sus novias. Así empiezan.
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