Hollywood
«Los vikingos no llevaban cuernos en los cascos»
Antonio Cavanillas de BlasProfesión: escritor y médico.Nació: en 1938, en Madrid.Por qué está aquí: por su novela «Harald el vikingo»(La Esfera de los Libros).
–«Harald el vikingo». ¿Qué le atrae del más famoso de los vikingos?
–Que estuviera presente en tantas guerras y países. Viajó más que Alejandro Magno. En mi novela es un guerrero tierno y romántico.
–Dicen que era cruel...
–No, era justo. Y le llamaban precisamente así: El Justo.
–Amó a hermosas mujeres. Mire, ahí tiene a Berlusconi...
–No me lo nombre. Yo creo que es un impresentable, no se puede tratar así a las mujeres.
–Dicen los psicólogos que los italianos le admiran porque hace realidad lo que ellos sueñan: acostarse con muchas y no pagar impuestos.
–Eso es muy sugestivo, claro, pero por encima de todo están el honor y la responsabilidad de un presidente de un país democrático.
–Usted es médico, ¿algún consejo para «Il Cavaliere»?
–Que cuide su corazón. Debe de estar haciendo rico al laboratorio de la viagra.
–Aquí sube todo y nadie protesta. ¿A esta sociedad sumisa y apática le falta un poco del ardor guerrero vikingo?
–Sí, y a su dirigente máximo algo de la reciedumbre de Carlos I, que supo retirarse al monasterio de Yuste. Zapatero tendría que tener la grandeza de irse.
–Los vikingos morían matando, quizá quiera seguir su ejemplo...
–Los vikingos morían en la batalla, éste quiere morir en la poltrona.
–¿Por qué cree que interesan los vikingos a la gente?
–Quizá por su virilidad, fuerza y apostura. A mí, por todo lo que tienen de grandes desconocidos.
–¿De dónde les venía su afán conquistador y guerrero?
–Como siempre, de la necesidad. La vida en el norte era muy dura: poca comida y mucho frío. Tenían que buscarse la vida por otros lugares.
–Para la mayoría sólo son gente feroz con cuernos en los cascos...
–No llevaban cuernos en los cascos, creo que eso lo inventó Hollywood.
–Eran depredadores y piratas. ¿Los depredadores de hoy son...?
–Las grandes multinacionales y los poderes financieros.
–¿Qué era indigno para los vikingos?
–Dar la espalda. Un guerrero vikingo jamás daba la espalda.
–Los vikingos buscaban el botín y el comercio; eso no ha cambiado nada...
–Lo que mueve a los conquistadores no ha cambiado. Ahora los chinos buscan lo mismo, pero su espada es el yuan.
–Si viviera hoy, ¿cree que su Harald se animaría a conquistar España?
–Creo que no; los españoles somos inconquistables.
–Y, además, no creo que le sentara bien el pinganillo...
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