Sevilla
Como correr en el desierto
«Todo el mundo dice que España es estupenda, pero hay 40 o 42 grados. Son demasiados», se quejaba Frank Schleck.
Las altas temperaturas son un problema para los ciclistas, pero no impidieron que el luxemburgués y su hermano Andy se entrenaran durante tres horas por la mañana. Otros, más valientes, como algún miembro del equipo Liquigas, decidieron soltar las piernas por la tarde, cuando los termómetros marcaban 46 grados.
Un infierno de asfalto y sol del que los ciclistas se librarán mañana en el comienzo de la carrera. La primera contrarreloj nocturna de la Vuelta comienza a las 10 de la noche, pero en Sevilla los termómetros no descansan y las temperaturas no bajan por la noche. Una dificultad más que añadir a la etapa. La preocupación de los equipos, además del calor, es la seguridad del circuito por el que discurrirá la contrarreloj de mañana. Un asunto ante el que la organización se siente tranquila. «La iluminación será perfecta para que la carrera se desarrolle con normalidad», dice el director general de la Vuelta, Javier Guillén.
Una vez superados los problemas generados por la Policía Mu- nicipal de Sevilla, que aseguró que la carrera no disponía de los permisos necesarios para disfrazar sus exigencias económicas, sólo queda disfrutar de la carrera. «No existe ningún problema de organización. La carrera cumple todos los requisitos de control y seguridad y la primera etapa será un gran espectáculo seguro», comenta Guillén.
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