Marta Rivera de la Cruz: «La gracia de la vida es que se acaba»

–Una de sus obsesiones, presente en su obra, es el miedo a vivir. ¿Superior al miedo a morir?
–No, es inferior, pero más paralizante. Contra el miedo a morir no luchamos, lo tenemos asumido, nos resignamos.

–¿Tiene miedo a vivir?
–La experiencia me ha hecho cobarde. Ya sabe: a veces te debilita y otras veces te hace más fuerte. Tengo miedo a vivir algunas cosas; por ejemplo, me da pánico enfrentarme al sufrimiento de las personas que más quiero.

–También tiene miedo a perderse cosas. ¿Qué cosas?
–Los avances tecnológicos de dentro de 200 años, entre otras.

–A lo mejor quiere que la criogenicen, o sea, que la conserven en frío...
–No, la gracia de la vida es que tiene fecha de caducidad, que se acaba.

–Entonces, ¿qué descubrimiento le gustaría vivir?
–Los viajes en el tiempo: me gustaría pasar unos días en la Belle Époque, en París.

–Dice Stephen King en un libro sobre el oficio de escribir que la razón de gran parte de la mala escritura es el miedo...
–Creo que la razón de la mala escritura es la falta de talento para escribir.

–Decía Bolaño que hay que adentrarse en los terrenos que nos dan pánico.
–Sí. A mí me cuesta mucho escribir de la soledad. Es mi gran terror.

–Creo que ahora nos deprimen demasiadas cosas...
–La depresión es una enfermedad de ricos. En el Cuerno de África no se deprimen, no tienen tiempo.

–Jonathan Franzen dice que escribe para los que no encajan en el mundo...
–Yo, para los que se refugian en la literatura. Es un buen lugar para huir.

–Boris Izaguirre se arregla antes de escribir, nunca lo hace en calzoncillos. ¿Usted se maquilla para escribir?
–De ninguna manera. Me hago una coleta y ya está, a escribir.

–Dicen que el 11 del mes once de este año, 2011, será el fin del mundo. ¿Qué haría si fuera verdad?
–Me compraría una gran tarta de chocolate, me iría a mi casa y me dedicaría a comer tarta y a beber gin tonics.

–¿Puede ser feliz después de leer las noticias de economía?
–Viendo lo que pasa es difícil ser feliz.

–¿Sería feliz supervisando nubes, acostada en una hamaca, como desea Zapatero?
–Creo que Zapatero será feliz no haciendo nada.

–Debería haber supervisado antes las tormentas...