Música

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Belén y cuenta nueva

La Razón
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Belén Esteban ya no puede tener una Corín Tellado que le escriba y sin embargo sus ajetreos sentimentales han logrado ocupar la mayor parte de las portadas de la prensa del ramo esta Semana Santa, dejando de lado los esfuerzos como deslomado costalero de Borja Thyssen siguiéndole los tacones a su señora. Ni comparación. Las castigadas facciones de la madre de Andreíta han sido la perfecta imagen de la Dolorosa en estos días penitentes. Todavía no ha llegado a ocupar una primera página del «¡Hola!» –reservada a una renacida y peripatética Duquesa de Alba– pero el día que lo logre asistiremos a un curioso vuelco de triunfos en la lucha de clases.Media España sigue las tribulaciones de esta muchacha sin prestigio conocido, sin saber muy bien por qué. Si preguntas, a la mayoría de la gente le importan un pimiento, pero quien más quien menos está al tanto de sus cuitas. ¿Se puede dividir la afición entre belenistas y antibelenistas? Después del pollo que no se comió su niña y el que montó para conseguir traje de novia, resulta que se lo podía haber ahorrado, porque el marido ya se ha ido a por tabaco y se queda a vestir santos y a despachar periodistas a ladridos. Mientras la señora Bazán, su ex suegra antes de la nueva ex suegra, se carcajea como una lechuza clueca. ¿Serviría para una fotonovela de la Tellado? La Esteban, entre los quiebros de gineceos, mantiene sin embargo el crujido del éxito, musa dorada del corazón proletario, con su áspera retórica y resabiada vulgaridad que magnetiza la atención del público, con ese atractivo irresistible que tiene todo lo que repele, como singular pájara fénix que se consume y recupera de cenizas y tropiezos. Hasta el próximo capítulo.