Tarragona

Cajas

La Razón
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Tienen razón Jordi Sevilla y Vicente Martínez Pujalte cuando advierten del peligro de que las cajas de ahorros se acaben convirtiendo en bancos regionales de desarrollo en el proceso de concentración que se está dibujando en el horizonte del sistema financiero español. Me queda la duda de si no han desempeñado ya ese papel en el pasado reciente, máxime a la vista de la toma de participaciones en determinadas empresas que difícilmente se puede justificar desde el punto de vista estratégico.La creación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria a finales de junio ha levantado el derecho de veto que tenían los gobiernos autonómicos sobre los movimientos corporativos de «sus» cajas. En el sector más globalizado de la economía, como ha demostrado la crisis en estos dos últimos años, no es posible ponerle puertas al monte.Por eso, la aprobación del Real Decreto-ley de constitución del Frob ha disparado las alarmas en los gobiernos regionales, que se han puesto manos a la obra para que se hagan el menor número de fusiones transfronterizas. Los problemas de una caja catalana, castellanoleonesa o andaluza se arreglan con sangre de otra caja de la misma comunidad. Hay que mantener como sea el ADN autónomo.Los primeros pasos van esa dirección: Caixa Sabadell con Terrassa y Manlleu; Caixa Catalunya con Girona y Tarragona; Caja España con Caja Duero y así .... Pero, ¿qué van a hacer las cajas uniprovinciales? ¿Casarse con la vecina?