Con más carácter que las japonesas

C on el modelo K-1300 en su última evolución, la casa BMW vuelve a ponerse en la vanguardia de las motos de carretera en las que se une la prestancia y fiabilidad de las realizaciones de la fábrica de Berlín con prestaciones del más alto nivel. Atrás quedaron los tiempos en que las japonesas eran claramente más brillantes en prestaciones y comportamiento en carretera. Las K-1300 ofrecen un nivel de calidad de terminación como siempre nos tiene acostumbrados la marca bávara. Y combinado con un motor de cuatro cilindros que llega a los 173 caballos. La base del motor es el conocido 1.200 de anteriores modelos, al que se le ha subido la cilindrada hasta los 1.293cc. Una planta motriz muy efectiva y elástica que comienza a rendir su potencia desde poco más de dos mil vueltas, lo cual es muy de agradecer en tráfico urbano. Este motor se monta en las tres versiones: la S, con carenado deportivo; la R, que es una «naked» que responde a las últimas tendencias de moto urbana; y la GT, equipada con gran carenado y maletas, especial para largos desplazamientos. Las mejoras introducidas, tanto en la caja de cambios como en el cardan de transmisión y en las suspensiones, hacen de la K-1300 una de las motos más completas del mercado. La R, con una relación de cambio un poco más corta que sus hermanas, resulta especialmente atractiva y rapidísima en todo tipo de circunstancia, tanto en ciudad como en carreteras viradas, donde su chasis permite tumbadas generosas sin que éste transmita ningún movimiento extraño. El equipamiento es de lo más completo, ya que posee elementos de serie que, como los puños calefactados, en otras marcas son opciones extra.