F. C. Barcelona
El Barça puede con todo
Y entonces marcó Pandiani, en el minuto 72. Y Osasuna, el colista, iba ganando al líder. Pero entonces la banda derecha del Barcelona, el veneno para sus rivales, despertó. Alves y Messi se encargaron de que el equipo azulgrana lograra tres nuevos puntos para mandar en la Liga un poco más: ahora el segundo clasificado es el Real Madrid y está a doce de diferencia. Cuando el partido exigió calidad, el Barça la puso; y cuando requirió carácter, el equipo de Guardiola lo dio todo ante un rival cuya característica histórica es precisamente ésa. El rey de la Liga sabe adaptarse a todas las circunstancias y casi siempre lo hace con éxito.
Osasuna aprovechó una bronca para meterse en el partido. Busquets estaba en el suelo una vez más. El canterano es tan grande y protege tan bien el balón que atrae las patadas. Messi se paró, aunque el árbitro no había detenido el juego, y Juanfran le quitó la pelota y corrió al otro área hasta casi hacer gol. Atrapó Valdés y todos los jugadores del líder se fueron a por el ex madridista. Se encararon, hubo empujones, tarjetas y el público del Reyno de Navarro empezó a apretar. El equipo de Camacho se vino arriba y por empuje logró ponerse por delante con sólo 18 minutos para el final, algo que ningún equipo, salvo el Numancia en la ya lejana primera jornada, había conseguido. Una nueva prueba para el grupo de Guardiola. Una nueva prueba superada por el equipo liderado por Messi.
El Barcelona pasó por varias fases en el encuentro. Dominó hasta que se puso por delante. La primera parte fue un monólogo. Era imposible que Osasuna marcara si Valdés toca más balones con el pie, como un jugador de campo más, que con la cabeza. Etoo rompió el orden navarro justo antes del descanso en una arrancada de Messi, perfecto una vez más en el control orientado e imparable en la carrera.
Después, el equipo catalán se relajó. Bajó la velocidad. Estaba cómodo y se dedicó a esperar el segundo con paciencia, con los riesgos que ello supone. Un córner, un resbalón de Valdés... Y Osasuna empató con un cabezazo de Miguel Flaño. Después llegó la bronca y el equipo local sacó ventaja moral, lo que también le llevó a mandar en el marcador.
Por tercera vez consecutiva en Liga el Barça tenía que remontar, pero esta vez sin apenas tiempo. Alves empezó a correr por la banda y Messi, que había jugado de delantero centro durante mucho tiempo, se pegó a él. Por separado son buenos, pero juntos son letales. El brasileño dio el pase a Xavi para que empatara después de haber combinado con Leo, y después robó el balón que permitió a su amigo hacer el tanto de la victoria. Messi enganchó la pelota al borde del área, preparó la zurda y la soltó con fuerza. Alves corrió a por él y le limpió la bota.
El Barça se puso a pasarse la pelota hasta el final. No permitió que Osasuna la rozara.
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