Reino Unido

España no ayuda a la prensa

España no ayuda a la prensa
España no ayuda a la prensalarazon

Si difícil es la situación que atraviesan los grandes diarios, cuyos ingresos publicitarios se han visto seriamente mermados, no lo es menos la de los pequeños periódicos locales, provinciales o regionales. Sus ajustes de plantilla no corren de boca en boca entre el resto de la profesión y, sin embargo, están mucho más expuestos a los vientos de la crisis, sin el paraguas protector de grandes corporaciones. Por este motivo, es gratifi-cante saber que el Senado de EE UU empezó a tramitar la pasada semana una propuesta de ley que permitiría sobrevivir a estos periódicos en peligro de quiebra reconvertidos en sociedades sin ánimo de lucro, con las ventajas fiscales contempladas para ese tipo de instituciones. A cambio, se verían sometidos a algunas limitaciones en cuanto a su contenido y orientación política.La idea partió del senador demócrata Benjamin Cardin y su objetivo central es tratar de salvar a los pequeños periódicos locales estadounidenses que están cerrando o a punto de hacerlo, muchos de ellos con más de un siglo de antigüedad. Según el texto que ahora se encuentra en discusión en la Cámara Alta, podrán contar con patrocinadores cuyas donaciones estarán sujetas a las deducciones fiscales fijadas en la legislación sobre sociedades benéficas. Paralelamente, el dinero que ingresen a través de la venta en quiosco, las suscripciones o la publicidad se verán beneficiadas por unos impuestos más bajos.Sin embargo, dado su especial estatus económico, el Acta de Revitalización de Periódicos –como se ha bautizado esta propuesta de ley– permitiría a los diarios operar como «nonprofits», es decir, como empresas sin ánimo de lucro, dándoles un estatus similar al que tienen en aquel país las TV públicas. No quiere decir esto que no puedan escribir sobre política, pero sí tendrían que ser tremendamente cuidadosos a la hora de ser ecuánimes en sus coberturas electorales y no podrían apoyar a un candidato concreto. Además, la norma en estudio recomienda que en sus páginas la cultura y la educación tengan una amplia cobertura informativa. Una situación parecida atraviesa la prensa local en el Reino Unido, donde podrían haber cerrado medio centenar de publicaciones en los últimos meses. Por este motivo, el ministro de cultura británico, Andrew Burnham, baraja la posibilidad de lanzar un paquete de medidas para tratar de salvar a estos medios. Aunque parece que la solución propuesta no vendría por la concesión de subvenciones directas, sí que se estudia la posibilidad de aumentar el gasto publicitario que dedica el Gobierno a la Prensa. Además, ha solicitado a los editores que le propongan medidas de ayuda posibles.Estos ejemplos se suman a la decisión que tomó el presidente francés, Nicolás Sarkozy, de dedicar 600 millones de euros en los próximos tres años para ayudar a este sector, con medidas como doblar el gasto en comunicación institucional del Estado y los organismos públicos en prensa escrita, incluida la digital.Los casos reseñados afectan a tres de las principales economías del mundo con problemas muy similares a los que atraviesa el sector en nuestro país. Sin embargo, aquí ni tan siquiera se baraja la posibilidad a corto plazo de tomar ningún tipo de medidas. ¿Cuántos medios más tendrán que cerrar y cuántos periodistas se tendrán que quedar sin empleo para que todas las partes se reúnan y aborden el problema? Aunque haya quien no sea muy partidario de las ayudas públicas, por lo que de cortapisa a la independencia pueda suponer, ¿no es mejor un medio subvencionado que uno cerrado? Ahí queda la pregunta.