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Gasol 90 segundos de gloria

Gasol, 90 segundos de gloria
Gasol, 90 segundos de glorialarazon

pau Gasol es un jugador diferente. Sólo desde esa premisa se puede entender cómo en minuto y medio fue capaz de decidir el partido ante los Celtics y acabar con muchos fantasmas a nivel particular y también colectivo. Era un partido de la primera fase, sí, pero se trataba de la primera vez que los Lakers se veían con los defensores del anillo tras la final y, además, Gasol se volvía a encontrar con Kevin Garnett, su peor enemigo. Los campeones llegaban a Los Ángeles tras 19 victorias seguidas y con el mejor arranque en la historia de la Liga, 27/2. A todo eso puso fin Pau con los 90 segundos más intensos en sus ocho años en la Liga. A tres minutos del final no había nada decidido (81-81), el partido olía a «play-off». Gasol había sufrido al Garnett más serio de la temporada. El ala-pívot de los Celtics sumaba 22 puntos, con sólo dos fallos en el tiro, y había incomodado el juego de Pau. Le había buscado constantemente y no encontró mucha resistencia. En la hora de Kobe, el escolta decidió ceder la responsabilidad a Gasol. No es lo habitual. En demasiadas ocasiones, con los partidos igualados, los ataques de los Lakers se convierten en un «Kobe contra el mundo». Ante los campeones todo cambió. Para empezar, a 2:48 del final, Kobe conectó con Pau y éste se olvidó de los errores anteriores en tiros similares y anotó desde cinco metros. En la siguiente acción, Gasol recibió el pase de su compañero, dio un par de pasos y anotó con un gancho por encima de Garnett. Quedaba lo mejor. Tras una buena defensa, Bryant le encontró en el medio de la zona. Gasol fue al cho- que contra Pierce, el alma de los bostonianos. Anotó, forzó falta y sumó también el tiro libre. Para culminar el minuto y medio mágico, una ayuda defensiva de Gasol en la línea de tres se tradujo en un tapón a Ray Allen. El contraataque posterior acabó con el partido (90-83). Siete puntos y un «gorro» en minuto y medio para acabar con los campeones. «Es una gran satisfacción y una alegría haber ganado en nuestra cancha a un rival directo en nuestras aspiraciones para luchar por el anillo. Nos deja un buen sabor de boca. Queda claro que podemos ganar a cualquiera», aseguró el de Sant Boi tras la noche más intensa de la temporada. «Ahora Garnett me respeta», comentó Gasol tras superar al ju- gador que más usa el lenguaje basura en la Liga. Su duelo en las pasadas finales, que se inclinó del lado del «celtic», sirvió para alimentar las teorías que hablaban de un jugador blando. Su reacción tras el tapón a Allen confirmó que Gasol necesitaba algo así. Si hace ocho años el mate ante Garnett con los Grizzlies le sirvió como presentación ante el resto de la NBA, el minuto y medio puede tener un efecto similar. Es la hora de ganarse el respeto definitivo. Casi tan feliz como Pau estaba Phil Jackson. El técnico de los La- kers se convirtió ayer en el entrenador más joven de la historia de la NBA en alcanzar las 1.000 victorias. Otro récord para el maestro zen.