Fútbol
Guardar las formas
l derbi no defraudó, una mitad para cada equipo, por lo que el empate fue justo. El Barça pudo sentenciar y, o no supo, o los palos lo impidieron. En mi opinión, lo primero. En cualquier caso, se enfrentaban dos equipos en zona «Champions», algo inusual en años anteriores pues el Espanyol no estaba tan arriba desde hace tiempo. Lo peor para el Barça fue que el Madrid se escapa a cuatro puntos.
Ronaldinho fue suplente por segundo partido consecutivo, mala noticia. Y peor, cuando salió no resolvió. Messi cogió el mando y después de una jugada de las suyas, rompiendo la cintura a Torrejón, dio un pase genial a Iniesta, que marcó. Después vinieron muchas oportunidades para el Barça, que no supo resolver y le costaron la victoria. Por contra, el Espanyol le puso el coraje necesario tras el descanso y el símbolo blanquiazul de los grandes milagros, Corominas, empató tras el espléndido pase de Albert Riera.
Hubo también espectáculo en el palco, donde los dos presidentes ni se dieron la mano, lo que dice poco en favor de ambos, pues algo que nunca se debe perder son las formas. A mi presidente le recomendaría que, si no le va a dirigir la palabra y negar la mano al anfitrión, no vaya. A muchos barcelonistas nos da vergüenza ajena el que no se guarden las mínimas formas, como tampoco compartimos el mezclar Barça y política. Laporta tendrá tiempo para dedicarse, si le apetece, pero el presidente azulgrana debería de ser apolítico y estar por encima de las ideologías, pues el Fútbol Club Barcelona es un club donde conviven todas. Hubo un tiempo en que el señorío era algo que acompañaba siempre a nuestro club, el mejor ejemplo de buenas relaciones fuera del Camp Nou fue Nicolau Casaus quien, posiblemente, fue uno de los mejores embajadores que hemos tenido en toda la historia.
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