Kate Moss: vuelve el desfase

Las fiestas de cumpleaños de Kate Moss tienen fama de antológicas, pero la modelo está dispuesta a superarse cada año. Así, si algunos todavía recuerdan la que montó en enero de 2008, cuando prometió -y dicho y hecho- que los fastos durarían 34 horas seguidas, una por cada año cumplido, atentos a la que ha organizado en esta ocasión. Según ha publicado el diario británico «Daily Mail», Moss abrió fuego el pasado jueves por la noche y se fue a cenar con su novio, el rockero Jamie Hince, su amigo Peter Crouch, que juega en el equipo de fútbol de Portsmouth, y la novia de éste, la modelo Abigail Clancy. Las dos parejas brindaron con varias botellas de champán Cristal -a 660 euros la botella- en uno de los restaurantes favoritos de Moss, el China Tang del hotel Dorchester, en el distrito de Mayfair. Desde allí, los cuatro se trasladaron a la residencia de la modelo, una lujosa mansión en el barrio de St. John¿s Wood valorada en unos 8 millones de euros. Allí comenzó una fiesta medieval a la que acudieron, entre otros, la actriz Sadie Frost, el cantante Lionel Ritchie, la multimillonaria Davinia Taylor, la diseñadora Stella McCartney y Kelly Osbourne. Todos fueron recibidos por Moss, que vestía un espectacular vestido de gasa negra con cola. Pero aquí no acabó la juerga. El propietario de la cadena de tiendas de ropa Top Shop, Sir Philip Green, fletó un tren Eurostar como regalo de cumpleaños para que todos siguieran la fiesta en París. Y allí es donde continúan a estas horas.