Manipulación intencionada

Barcelona
barcelona-La flamante T1 del aeropuerto del Prat arrancó ayer con sus primeros vuelos, con tranquilidad y con un aprobado general, pero aún sin nota. Las únicas quejas se focalizaron en el escaso transporte público para llegar a la terminal. Teniendo en cuenta que la Línea 1 del Metro tardará más de dos años en unir la T1 con Barcelona, las opciones quedan ahora reducidas al vehículo privado, el taxi y los autobuses lanzadera, que enlazan con la parada de Renfe en el aeropuerto.Viaje largoEl problema es que esta falta de transporte público alarga unos quince minutos el viaje a la T1 desde Barcelona. Un matrimonio norteamericano se quejó ayer de la pérdida de un vuelo por este motivo. Otros usuarios lamentaron a LA RAZÓN una cierta descoordinación de los buses lanzadera, que pararon en la zona destinada al Puente Aéreo de la T1, que aún no funciona.Estas quejas, junto a pequeños problemas informáticos en la señalización de los vuelos, no empañaron una jornada inaugural que transcurrió con normalidad. La mayoría de usuarios valoraron muy positivamente la instalación, y, especialmente, su diseño y luminosidad, obra del arquitecto Ricardo Bofill. «Barcelona necesitaba una cosa sí» fue una frase bastante repetida.De momento, la T1 funciona a medio gas. Sólo opera la alianza de aerolíneas Star Alliance, con 19 compañías y Spanair a la cabeza. Durante la jornada de ayer pasaron por esta terminal entre 20.000 y 30.000 personas, se facturaron 18.000 maletas y se operaron 240 vuelos, entre aterrizajes y despegues. Unas cifras que quedan lejos de los 90 vuelos por hora y 80.000 pasajeros diarios para cuando la T1 funcione a pleno rendimiento, previsiblemente el próximo mes de diciembre, aunque está previsto que en septiembre aterrice en la terminal la alianza de arolíneas OneWorld, que incluye a Iberia.Al no estar operativas aún todas las compañías, la mañana en la T1 fue tranquila, sin colas ni aglomeraciones para facturar las maletas ni para embarcar. Muchos periodistas e informadores y menos usuarios. En los puntos de Atención al Cliente aseguraron que la mayoría de dudas fueron por asuntos de horarios, localización de las puertas de embarque y conexiones entre vuelos. Aparte de estas cuestiones, y una vez más, muchos pasajeros preguntaron por la forma de ir a Barcelona en transporte público. La imagen que ofrecía la T1, un poco desangelada, no evitó que Aena elogiara la puesta en marcha de la terminal. El presidente del aeropuerto, Fernando Echegaray, destacó la «normalidad» de la jornada inaugural, hecho que atribuyó a las pruebas y al traslado gradual de las compañías.Echegaray añadió que «la puntualidad de los vuelos es absoluta» – sólo hubo un retraso de 45 minutos en un vuelo procedente de Oviedo– y volvió a recordar que «esta instalación significa un antes y un después en el aeropuerto del Prat». «Hemos hecho muchas pruebas con figurantes, y creo que se está notando en la calidad del servicio que están recibiendo los pasajeros», sentenció.REACCIONES- María Angels Rigola: «Estrenamos la T1 con un viaje a Santiago de Compostela. Me gusta mucho el edificio, la verdad es que es una instalación muy bonita».- Alberto Plaza: «Parece que es una terminal fantástica, pero es que el bus lanzadera nos ha dejado en un sitio que no era el que nos correspondía, el Puente Aéreo aún no funciona».- Pilar Grau: «Creo que inaugurar esta nueva terminal es una cosa que necesitaba Barcelona. De todos modos, de momento aún falla el enlace con transporte público».- Asun Fernández: «Parece que el funcionamiento de la T1 es de momento, perfecto, el diseño es moderno y precioso, pero ha fallado la parada donde nos ha dejado el bus, que venía desde plaza Cataluña».- Cristina Pérez: «He venido en coche y no he tenio problemas ni para llegar ni para aparcar. Creo que está todo muy bien indicado, y el edificio me parece muy bonito, está todo muy bien hecho».
Manipulación intencionada