Familia
«La familia cristiana es un modelo creíble y núcleo de la sociedad»
MADRID- Los católicos han recibido con expectación la convocatoria de un encuentro para el próximo 30 de diciembre en defensa de la familia cristiana. Desde las parroquias, instituciones y nuevas realidades eclesiales ya preparan este acto. Raquel y Xavi acudirán junto a sus tres hijos.
-En su convocatoria para el acto, el cardenal Rouco advierte que este es un «momento crucial» para la familia, que en España y Europa «sufre fuertes amenazas». ¿Cómo vive una familia concreta estos problemas?
-Nosotros el año pasado tuvimos que cambiar a los niños de colegio. En principio los llevamos a un colegio público, que estaba al lado de casa y nos venía muy bien. Pero pronto nos dimos cuenta de que íbamos a tener problemas con los valores que allí les enseñaban a los niños. A pesar de que iban a Educación Infantil había profesores que les decían que Dios no existe, e incluso, en una ocasión, a una niña que contó que su abuelo estaba en el cielo, la profesora le respondió que no dijera tonterías. A nosotros nos llegaron a decir en una reunión que no esperáramos regalos del día del padre y o de la madre, porque el concepto de familia que tenía allí, no tenía nada que ver con el que nos inculcaron a nosotros.
-Dentro de los problemas de la enseñanza se encuentra también la imposición de la asignatura de Educación para la Ciudadanía...
-Nos parece tremendo el tema de EpC. Parece que el Estado quiera alienar a las personas a través de esta asignatura. Queremos que a nuestros hijos se les eduque en los principios que se viven en casa. El colegio es un colaborador y debe haber una comunión entre lo que allí se trasmite y los valores de cada familia. Nos da igual que el Gobierno sea de derechas, izquierdas o de centro, la cuestión de educar a los hijos es propia de las familias.
-¿Es una forma del Estado para imponer sus valores?
- Claro. Por ejemplo ocurre con la ideología de género. Nos quieren hacer creer ahora que existe el sexo masculino, el femenino y el neutro. Y esto lo hacen desde el colegio. Para nosotros la familia la forman un padre, una madre y los hijos. Y esto no es sólo desde un punto de vista cristiano, sino a nivel conceptual. Hace diez años era impensable que se hablara de la familia como una cosa distinta a esta descripción, y ahora si defendemos esta idea ante algunos amigos nos acusan de retrógrados o carcas. No tenemos nada contra los homosexuales, pero es evidente las limitaciones que tienen a la hora de formar una familia. Y tampoco queremos que planteamientos contrarios a los que tenemos se los tengan que inculcar a nuestros hijos desde pequeños.
-En vuestro caso, a esos problemas, se añade el inconveniente de ser familia numerosa...
-Es cierto. La sociedad te juzga por tener más de dos hijos, te dicen que estás loco y cuesta de entender que estemos abiertos la vida. El problema surge cuando no se mira hacia Dios, sino hacia uno mismo, con un visión egoísta y egocéntrica. Se acaba priorizando el no sufrir y alejarse de todo lo que nos causa problemas. Y las consecuencias son evidentes cuando se aleja a los mayores de la casa o se recurre al aborto si los niños tienen algún problema.
-¿Por qué es importante participar en el encuentro del próximo día 30 de diciembre?
-Para demostrar que no somos una minoría, que no somos cuatro «colgaos» o locos. Para afirmar que la familia cristiana es un modelo creíble y el único que garantiza su supervivencia. Para poner de manifiesto que la familia es el núcleo de la sociedad, iglesia viva. El acto del 30 es una oportunidad. Queremos que se vea que la familia existe, que somos gente joven, abierta a la vida, que creemos en el matrimonio para toda la vida.
La «aventura» de ver al Papa
Raquel es asturiana y trabaja en un buscador de cursos de formación (www.formaz ion.com) donde se puede encontrar «desde un máster hasta un curso de guitarra». Su marido, Xavi, es gerundés y trabaja en el departamento de eventos de una empresa de «stands». Se casaron en 2000, tienen tres hijos, «y estamos abiertos a que vengan más», puntualizan. Álvaro y Javier (de 5 y 4 años) van a Educación Infantil y la pequeña, Ana (de 2 años), lo hará el año que viene. En 2006 estuvieron en el Encuentro Internacional de las Familias de Valencia, junto a Benedicto XVI. «Fue la primera vez que vimos al Papa y los niños recuerdan como una aventura aquella noche que dormimos en el antiguo cauce del río Turia».
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