Educación
La Junta adoctrina en ideología de género
La reciente admisión a trámite por el TSJA del primer recurso de impugnación del material didáctico empleado en las aulas, viene a dar cumplimiento a lo resuelto por la sentencia del TS sobre EpC. Recordemos que el TS dijo que cuando proyectos, textos o explicaciones incurran en tales propósitos desviados (adoctrinamiento) de los fines de la educación, ese derecho fundamental (Art. 16 y 27.3 CE) les hace acreedores (a las familias) de la tutela judicial. Y que ni la Administración educativa –ni tampoco los centros docentes, ni los concretos profesores– (pueden) imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas.
Pues bien, el paso dado inicia un camino que no se limita a la controvertida asignatura, si no que se extiende a otras áreas, material didáctico o actividad que produzca ese mismo «desviado» fin. La casuística es amplia. A través de una película, la lectura de un libro, un debate o una charla, puede perseguir parcialidad ideológica, vulneración de la libertad ideológica o religiosa. Y es la propia consejería de Educación, unas veces directamente, otras por mediación de otros organismos de la Junta de Andalucía, quien la viola intencionadamente. Y si no me creen, aquí tienen la prueba. «Es común en este periodo (la adolescencia) la toma de conciencia de la propia orientación sexual. A qué sexo pertenezco lo tengo claro, la naturaleza me había definido con mi cuerpo como una chica o un chico. Sin embargo, la orientación, es decir, si me voy a sentir atraído/a por personas del sexo contrario o por las de mi propio sexo se empieza a hacer más consciente ahora que comienzo a sentir deseo sexual. En esta fase de definición de mi deseo, no es raro que puedan darse dudas con las preferencias sexuales, son lógicas y debes planteártelas como algo transitorio» (material didáctico elaborado por el Instituto Andaluz de la Mujer para alumnos de ESO). «Las personas nacemos capacitadas para manifestar una gama ilimitada de comportamientos sexuales de los que la cultura selecciona aquéllos que considera normales, tratando de imponerlos a través de la educación moral, la religión y la legislación vigente» (Guía de Educación afectivo-sexual. Consejería de Educación. ESO) ¿Sabe la consejera que tiene que acatar la sentencia del TS?
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