Murcia
La necesidad de un Pacto de Estado
La gravedad de esta crisis no sólo está condicionando el presente, sino que amenaza gravemente nuestro futuro. Evidentemente, aunque aún se ignora realmente su profundidad y duración, sí sabemos con toda certeza que la crisis terminará y que es fundamental trabajar para después. Es necesario recuperar la confianza de los ciudadanos y empresarios, y para ello es imprescindible un gran acuerdo nacional, un pacto de Estado entre el Gobierno, los principales partidos políticos, los agentes sociales y económicos y las Comunidades Autónomas que permita poner las bases para impulsar una nueva etapa de crecimiento, configurando un marco empresarial más atractivo, eliminando trabas y burocracia que permitan incentivar y captar nuevas inversiones, tanto nacionales como extranjeras. Conscientes de que lo que está congelando las decisiones de consumir e invertir hoy es la desconfianza frente al futuro, por lo que si se consigue recuperar la confianza tendría efectos muy beneficiosos, no sólo en el medio plazo, sino ya en el presente. Aunque es cierto que las reformas estructurales no tendrían efectos directos inmediatos, sino que sus resultados se irían cosechando en el futuro, no debemos olvidar que las decisiones tomadas hoy por los agentes económicos dependen mucho de cómo vean el futuro, de las expectativas; y sin expectativas no hay inversión, y sin inversión no hay futuro.Unidad de mercadoUn pacto de Estado que incluya las reformas estructurales necesarias para que España afronte con éxito los retos a los que se enfrenta, como agua, educación, formación profesional y universitaria, I+D+i, nuevas tecnologías de la información, el marco autonómico y su financiación. De igual modo, este acuerdo nacional debe abordar la unidad de mercado, la fiscalidad, relaciones laborales, seguridad social, energía, servicios, internacionalización, déficit e infraestructuras, principalmente ferroviarias de mercancías y de alta velocidad.La educación como elemento vital para la mejora de los recursos humanos, en la que los idiomas sean una parte importante, haciendo de la formación profesional el nexo de unión con las empresas, iniciando a las prácticas en las mismas, junto a una mayor interacción con las universidades, como motores del desarrollo tecnológico y de la cualificación que requieren las empresas, como motor de la cultura emprendedora. Cerrar definitivamente el marco autonómico para evitar que cada legislatura se conforme como el principio de una nueva oportunidad para su modificación. Acordar un nuevo marco de financiación autonómica, que se adapte a las nuevas realidades que se vayan conformando. Una nueva ley que debe recoger igualmente la financiación de los entes locales, que con la crisis de la vivienda han perdido uno de los principales soportes de su financiación. La deuda histórica reconocida a algunas Comunidades ha de hacerse extensiva a todas las demás, singularmente a aquellas que como la Región de Murcia han estado apartadas del desarrollo de los grandes corredores de comunicaciones, y del reconocimiento del incremento poblacional.Recuperar la unidad de mercado, para lo que es preciso alcanzar acuerdos que permitan aunar criterios y conformar una única unidad de mercado en todo el país. Reducir los costes de la seguridad social a las empresas es absolutamente necesario al actuar como un impuesto directo a la producción, que se ha convertido en una losa para competir tanto en el exterior como en el interior, y consecuentemente para la creación de empleo.La reforma del mercado laboral se hace fundamental para definir el marco de relaciones laborales más apropiado para afrontar los retos de la globalización y la competencia de los países emergentes, como han demandado el Gobernador del Banco de España y el Comisario Almunia, entre otros muchos.Reducir la fiscalidad a las empresas, llevando el impuesto de sociedades al 20%, y situar en este entorno el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Apoyar una mayor presencia de productos y empresas españolas en el exterior, una internacionalización que precisa de un nuevo marco de apoyo fiscal, de cooperación, financiero y promocional, tanto de nuestra realidad turística como de las oportunidades de inversión que ofrece nuestro país, a la vez que incentivar a las pequeñas y medianas empresas para su salida al exterior. En política energética es necesario reducir la dependencia exterior del petróleo; el 81,2% del consumo energético de España procede del exterior, una tasa muy por encima de la de nuestros socios comunitarios. Es preciso, además de impulsar las energías renovables, fomentar la eficiencia energética de la industria y los servicios, y asumir con realismo la necesidad de la mejora y ampliación de las centrales nucleares españolas. En infraestructuras de comunicaciones es necesario un programa extraordinario de inversiones, llevando la alta velocidad a todas las grandes ciudades, y en línea separada el ferrocarril de mercancías y los corredores transeuropeos, entre ellos el corredor mediterráneo, armonizando nuestra red ferroviaria a la europea.Recuperar el Plan Hidrológico Nacional para interconectar todas las cuencas, aprovechar todos los recursos hidráulicos para una mejor redistribución del agua, poniendo en marcha el Trasvase del Ebro, fundamental para toda el área mediterránea; además, en contra de lo que algunos dicen, conllevaría mejoras en el medio ambiente.Investigación y desarrolloImpulsar la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación que, junto a la atracción de talento, base de la denominada sociedad del conocimiento, se conforman como los pilares para la transformación de la estructura productiva, y para conseguir producciones de mayor valor añadido, acercando los centros de investigación, los centros tecnológicos, las universidades y las empresas. Conformar a la empresa como la segunda casa del investigador. Para impulsar la investigación es preciso que se apliquen deducciones fiscales e incentivar la incorporación de científicos y doctores en las empresas. Aunque también es evidente que una situación tan compleja como la actual demanda de las empresas un esfuerzo extraordinario de adaptación, conscientes de que es preciso centrarse en lo mejor que saben hacer, volviendo al corazón del negocio, buscando la mayor eficiencia y rentabilidad, mejorando la productividad para ganar en competitividad en un mercado cada vez más global y competitivo, siendo imprescindible recuperar la idea de que el resultado viene del esfuerzo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar