La operación de la Duquesa de Alba será sólo paliativa

El delicado estado de salud de la Duquesa de Alba vuelve a ser noticia después de que, la semana pasada, un atragantamiento la obligara a pasar una noche en la clínica Ruber Internacional de Madrid. En esta ocasión, el motivo de la alarma es la intervención a la que se deberá someter el próximo viernes. Personas cercanas a la Casa de Alba han informado que la aristócrata será operada en un hospital sevillano para que le implanten una válvula con el fin de derivar el líquido cefalorraquídeo, y, de ese modo, aliviar la presión en los ventrículos cerebrales. Aunque, según ha podido saber LA RAZÓN, ayer por la tarde se barajaba la posibilidad de aplazar la operación debido a que la Duquesa sufre un resfriado, lo cierto es que se trataría de una medida paliativa para evitar que su salud empeore. O lo que es lo mismo, que la hidrocefalia que padece no se solucionaría al cien por cien con la implantación de esta válvula.
Fuentes médicas consultadas por este periódico aclaran que, a pesar de lo publicado, «la colocación de la válvula no es un tratamiento para la isquemia cerebral, sino para un caso de hidrocefalia habitual en personas ancianas y causa de demencia tratable que, sobre todo, afecta a la movilidad de las piernas». La operación, de bajo riesgo y una hora de duración, consiste en la introducción de unos tubos bajo la piel del cráneo para extraer el líquido encefaloraquídeo e introducirlo en el peritoneo. Lo habitual es que el paciente no ingrese en la UVI y que a los tres o cuatro días reciba el alta, a menudo «con resultados positivos».

Decisión de los hijos

Está previsto que todos los hijos de Cayetana se trasladen a Sevilla esta semana para acompañarla durante la intervención, que en un principio estaba programada para la primavera. Finalmente, la familia y el neurocirujano que se ocupa de la salud de la aristócrata, el doctor Francisco Trujillo, han decidido «de común acuerdo» adelantarla, informa Efe. La decisión fue adoptada durante una reunión en el Palacio de las Dueñas (Sevilla), entre el doctor Trujillo y el duque de Huéscar, Carlos Fitz-James, junto al conde de Salvatierra, Cayetano Martínez de Irujo, en representación del resto de hermanos.