Londres
La presión racista obliga a huir a un centenar de rumanos de Belfast
Escoltados por la Policía buscaron refugio en una Iglesia protestante
Unos con una bolsa de basura cargada de ropa, otros simplemente con lo puesto y algunos con un bebé de tan sólo cinco días en brazos. Así es como tuvieron que abandonar sus casas un grupo de 115 rumanos tras recibir amenazas de muerte en Belfast. Los insultos venían de lejos, pero el pasado martes la situación se desbordó hasta el punto que la Policía de Irlanda del Norte (PSNI) tuvo que ayudarles a salir de sus domicilios y acompañarles hasta una Iglesia protestante localizada en Lisburn, al sur de la capital norirlandesa. Allí pasaron toda la noche.
Las autoridades les trasladaron ayer a unas instalaciones de recreo y, según explicó a LA RAZÓN un portavoz del Ministerio de Asuntos Sociales, se les ofreció vivir durante una semana en los pisos de estudiantes de la universidad. «Es una medida momentánea hasta que se relajen los ánimos y se discutan soluciones a largo plazo», matizó. Para estudiar la situación, las autoridades organizaron una reunión con la PSNI, representantes comunitarios, políticos, agencias de desarrollo y de cooperación.
Pero, en la mayoría de los casos, no hará falta una segunda alternativa. Una mujer que se hizo llamar María explicó que el deseo de casi todos es volver a Rumanía. «Ahora estamos a salvo, pero queremos volver a casa porque no nos sentimos seguros. Nuestros hijos no están seguros aquí».
Las tensiones raciales en el sur de Belfast llegaron a su punto más álgido el pasado lunes, cuando en el transcurso de una marcha de apoyo a los inmigrantes de Europa del Este un grupo de jóvenes lanzó botellas y piedras contra las casas de los rumanos mientras hacían saludos nazis a los participantes. Varias familias recibieron en sus buzones copias del libro «Mein Kampf», de Adolfo Hitler.
La Policía rechazó la implicación de «Combat 18», una organización vinculada a grupos racistas británico, y descartó que se tratara de bandas de crimen organizado. Los grupos paramilitares unionistas, la UVF y la UDA, también condenaron los ataques.
El viceministro principal norirlandés, el nacionalista Martin McGuinness, que visitó a los afectados, tachó los ataques de «vergonzosos» e insistió en que el grupo de criminales es una minoría, ya que el verdadero sentimiento de la gente de Belfast es el que se demostró cuando ofrecieron ropa y comida a las familias. «Vamos a utilizar todos nuestros poderes para asegurar que estos criminales, los criminales racistas, no se salgan con la suya», matizó. Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, aseguró que las autoridades de Irlanda del Norte serán «capaces de tomar todas las medidas necesarias para protegerles».
DOS XENÓFOBOS EN EL PARLAMENTO EUROPEOLos ataques a las familias rumanas no son los únicos que se registran en los últimos meses en el sur de la capital norirlandesa. En mayo, la Policía supo de otros incidentes en la misma zona, uno de ellos fue en la celebración de un partido de clasificación para el Mundial de Suráfrica (2010) que enfrentó a Irlanda del Norte y Polonia. Los episodios coinciden con los resultados de las elecciones europeas, ya que, por primera vez en la historia, el partido de ultraderecha BNP consiguió dos escaños. Su dirigente Nick Griffin, que en el pasado tuvo problemas con la Justicia por negar el Holocausto, fue recibido con huevos e insultos en Londres la semana pasada cuando se disponía a explicar su programa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar