Las renovables fomentan inversiones responsables en Bolsa

Lograr con las inversiones en Bolsa rentabilidad y beneficios «sostenibles» –sociales y medioambientales–, deja de ser poco a poco una tarea irreconciliable. Se han dado cuenta las empresas, lo han aprovechado los bancos, y cada día lo exigen más clientes.
Al respecto, Fernando Luque, analista financiero de Morningstar España, explica que, al igual que la comunidad inversora, «las empresas tendrán que incorporar el factor ambiental en sus decisiones porque a medio y largo plazo pueden afectar a su rentabilidad y en algunos casos a su propia supervivencia». Así es como han tomado impulso los «fondos responsables» o «fondos ISR» (Inversión Social Responsable). Lo que les diferencia del resto es que a la hora de formar su cartera de inversión tienen en cuenta criterios de Responsabilidad Social Corporativa y eligen empresas en las que los valores de respeto hacia el entorno o hacia los derechos humanos empapan su actividad diaria.
Por ejemplo, entre los criterios que uno de estos fondos, «Foncaixa Cooperación Socialmente Responsable», sigue a la hora de distribuir su cartera figura el de excluir «fabricantes de tabaco, de armamento, propietarios u operadores de plantas nucleares y empresas relacionadas con la extracción o transformación de uranio».
Además, sus inversiones se orientan hacia compañías incluidas en el «FTSE4GOOD Europe», uno de los índices más utilizados a la hora de formar la cartera de los fondos responsables. También se recurre con mucha frecuencia a «KLD Global Sustainability Index» o «Dow Jones Sustainability Index», según ha informado a este semanario Analistas Internacionales de Sostenibilidad (AIS). Su director general, Carlos Bendito, subraya que recientemente han salido al mercado «fondos responsables temáticos». Es el caso los fondos exclusivamente «ecológicos» que se apoyan en sectores, como el de las renovables, «que ahora tienen mucho empuje». A la hora de formar la cartera de estos fondos no se analizan los criterios de gestión de las empresas, sino su actividad. «Se busca que el 90 por ciento de ésta sea de alto impacto positivo ambiental», explica Bendito.
Pone como ejemplo el fondo «Triodos Values Pioneer Found», que selecciona a compañías que ofrecen soluciones innovadoras y sostenibles de sectores como el de la energías limpias o tecnología medioambiental –Vestas, del mundo eólico–, tecnología médica –es el caso de Medtronic– o empresas pioneras en Responsabilidad Social Corporativa. De momento sólo es accesible para inversores institucionales.

Impulsados en 2006
Hay que constatar que en España, y en esto coinciden todos los expertos, «el mercado de la Inversión Socialmente Responsable es aún muy reducido comparado con los fondos de inversión tradicionales en términos de patrimonio», apuntan en AIS. En este sentido, los datos publicados por el Instituto de Innovación Social recogen que en España la ISR alcanza un 0,42 por ciento del patrimonio de los fondos en 2006. Por su parte, Ignaci Carreras, director del Instituto de Innovación Social de la Escuela de Negocios Esade, explica que la tendencia de incluir criterios ambientales tanto a la hora de invertir como a la hora de gestionar una empresa «ha aumentado especialmente en los últimos dos años a la par que la toma de conciencia sobre el cambio climático».
Cada vez más empresas incorporan a su actividad económica acciones que contribuyen a la sostenibilidad. Es el caso de Globasol, que, por ejemplo, contrata para todas las plantas solares que tiene en Murcia a personas con minusvalías físicas y psíquicas para el mantenimiento de los paneles. «Buscamos un beneficio para todo el mundo en cualquier sitio donde estamos», afirma su director general, Daniel Suárez. Así, su proyecto de biodiésel en Republica Dominicana planea establecer un sistema de «ecoaldeas» que se harán cargo de los cultivos en régimen de cooperativa.