Energía eléctrica
Llega la primera «electrolinera» solar
La Universidad Politécnica de Madrid diseña el primer centro de repostaje fotovoltaico para vehículos eléctricos. La cubierta de la instalación, al ser giratoria, incrementa la producción de energía.
Los vehículos eléctricos no producen emisiones contaminantes... directas. Pero, mientras se enchufen a la red y ésta no sea cien por cien renovable, lógicamente sí las generan y lo seguirán haciendo indirectamente. Ahora bien, si la «electricidad» con la que se alimenta el automóvil es limpia, el vehículo contaminará menos indirectamente (para la producción de las placas o los aerogeneradores así como para la fabricación del vehículo también se ha contaminado). Es el caso de la electrolinera, un centro de repostaje solar que permite suministrar electricidad a este tipo de vehículos así como a los híbridos. La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha diseñado esta patente, una novedad mundial pues hasta ahora las únicas estaciones de recarga como tal son como la de Japón, centros a los que vas con el coche y pides que te cambien la batería. En este caso, la electricidad se obtiene de los paneles solares que hay instalados en la cubierta de la electrolinera. La instalación, presentada el miércoles en Rivas Vaciamadrid (tras su paso por SIMA), «está dotada, como la casa solar Black & White, de una cubierta auto-orientable que gira según el sol para percibir así una mayor radiación y por tanto producir más energía eléctrica», explica Josep María Adell, catedrático del Departamento de Construcción y Tecnología Arquitectónicas de la UPM y coordinador del equipo español para Solar Decathlon 2009. «La electrolinera tiene 64 metros cuadrados de placas solares que, con 20 kilovatios pico de potencia total instalada, permiten producir energía eléctrica suficiente para alimentar a seis u ocho automóviles al día. Si se quiere producir más electricidad, bastaría con incrementar la potencia haciendo una cubierta mayor», añade.
Dos o tres horas de esperaAhora bien, el conductor tendrá que esperar entre dos y tres horas para que se cargue el vehículo. Así que durante ese tiempo habrá que tener paciencia y con suerte la propia electrolinera tendrá una cafetería donde el aire acondicionado (de energía solar) corre por cuenta de la casa, ya que debajo de la instalación hay espacio suficiente para poner un pequeño establecimiento. Y mejor que vaya cuando «la batería esté vacía, pues aquí pasa como con la del móvil, si no empezará a durar menos», recuerda Adell.Respecto al coste, la electrolinera cuesta, según Adell, «unos 100.000 euros». Aunque éste irá bajando cuando aumente la demanda. Ése es el precio de la estación con estructura de aluminio, el precio baja si se opta por la de acero y sube si se hace de madera, aunque la de aluminio tiene la ventaja de ser ligera y no tener problemas de corrosión.Por cierto que en Rivas Vaciamadrid se mostraron interesados en esta estación de recarga, hasta tal punto que quizás se queden con ella. Mientras, Adell asegura que están manteniendo interesantes conversaciones con Brasil para instalar no una sino varias electrolineras.
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