Música

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Lo que el viento nos dejó

Lo que el viento nos dejó
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Tras la tempestad llegó la calma. Y también la música, que el viernes quedó silenciada a causa del fuerte vendaval que sacudió Benicàssim. Superada la confusión, la organización trabajó a contrarreloj para que todo estuviese listo este sábado. Sin embargo, a las tres de la mañana aún hubo tiempo para un nuevo susto, puesto que el fuerte viento obligó a desalojar la zona de acampada situada junto al recinto del FIB. Unas 1.500 personas fueron trasladadas sin problemas hasta un polideportivo y regresaron por la mañana. El parte de incidencias se completó con las 24 personas que Cruz Roja atendió por lipotimias, contusiones o esguinces. Improvisados meteorólogos Así las cosas, durante las primeras horas de ayer, decenas de operarios se afanaban en subsanar los desperfectos en los distintos escenarios, mientras los «fibers» ponían en orden sus tiendas de campaña (muchas habían volado) y ejercían de improvisados meteorólogos para intentar averiguar cómo se desarrollaría el día. Por la tarde todo regresó a la normalidad, y más con la decisión de que las personas que acudieron el viernes con entrada de día tuvieran la opción de cambiarla para cualquiera de las dos jornadas restantes. En todo caso, eso no evitó la decepción de quienes aspiraban a ver a Kings of Leon, actuación que quedó definitivamente cancelada ante la imposibilidad de cuadrar la agenda del grupo norteamericano; a esta anulación se unió la de Lily Allen, en este caso por enfermedad. En cambio, sí se consiguió reubicar a Mäximo Park y también a Los Planetas, estos últimos a las 23.35 de hoy. Y a las 18.30, ahora sí, llegó la música. Tras L.A. (con un musculado directo) y Ratolines, el primer gran momento lo protagonizó Television Personalities, grupo liderado por el imprevisible Dan Treacy, capaz de lo mejor y también de lo peor. Esta vez, afortunadamente, estuvo comedido, sin protagonizar ningún escándalo. Pese a que sus dotes como intérprete estén lejos de sus mejores tiempos (desafinó con absoluto descaro), sirvió unas buenas dosis del pop más cervecero. La tarde también recibió a The Unfinished Sympathy, encargados de abrir la programación en el escenario verde, confirmando que su directo es uno de los más sólidos del «indie» nacional (incluyendo un curioso guiño a Ace of Base), aunque el mayoritario público británico guardaba fuerzas para The Wave Pictures y sobre todo para el pop saltarín de los escoceses Franz Ferdinand, esperados como la tabla de salvación a la que agarrarse tras el fiasco del viernes.