Burgos
«Lo que nos hemos encontrado ha sido dantesco»
La Policía registró el párking de un hotel cercano y prohibió a los turistas salir de sus apartamentos.
«Escuchamos una explosión muy grande y no tuvimos ninguna duda de que era un atentado». Rebeca aún guardaba en la retina las trágicas imágenes de la casa cuartel de Burgos y supo que estaba ante un nuevo ataque de la banda terrorista ETA. A cien metros escasos del lugar en el que se produjo la explosión se encuentra el hotel Cas Saboners, donde trabaja Rebeca. «Los clientes han salido corriendo al escuchar el estruendo. Pero yo estaba encargada de la recepción y no pude», explicaba esta joven.En pocos minutos el pánico y la incertidumbre se hicieron hueco entre la gente. Varios clientes del hotel relataban que habían visto una columna de humo, pero no sabían de dónde procedía. ETA acababa de matar a dos guardias civiles con una bomba lapa frente al cuartel de la Benemérita en Calviá. Nada pudieron hacer por salvar sus vidas los enfermeros del Centro de Salud de Palmanova, situado en la misma calle donde se produjo la deflagración.Dolor y consternación«Lo que nos hemos encontrado ha sido dantesco. El agente tenía los brazos y las piernas destrozadas», relataba entre lágrimas una de las enfermeras que acudió en auxilio de los heridos. El dolor y la consternación eran unánimes entre los allí presentes. Y es que la historia se repetía: una fuerte explosión, la sensación de que la tierra se abre y una columna de humo que precede al caos y a la certeza de que dos personas han perdido la vida por la barbarie terrorista.En pocos minutos hicieron acto de presencia las Fuerzas de Seguridad, que acordonaron inmediatamente la zona. «Los agentes indicaron a los clientes que regresaran a su hotel y no saliesen bajo ningún concepto», explicaba la recepcionista del establecimiento. Además, añadió Rebeca, «la Policía registró los coches del párking». No fue hasta las 17:30 horas cuando permitieron salir a los clientes del hotel, pero sólo caminando y en dirección contraria al lugar del suceso. «Muchos de los empleados no podemos volver a casa porque hemos venido en coche y no nos dejan utilizarlo», explicaba esta joven, que entendía que se extremasen las medidas de seguridad. Pero no fueron los únicos obligados a permanecer en los apartamentos de esta zona turística de Palmanova. Ante el cierre del aeropuerto y la cancelación de los vuelos, varios turistas han tenido que quedarse en la isla un día más. Hay que destacar que el establecimiento está al cien por cien de su capacidad.Uno los vecinos de la zona relataba que había «escuchado un petardazo enorme», y que al principio pensó que se trataba de un accidente de tráfico. «Cuando me asomé a la ventana vi a un montón de gente corriendo y gritando. La Policía ya lo había acordonado todo y había mucho humo», añadió. Además, «la gente corría y gritaba muy asustada pensando que podría haber otra bomba».«Eso es una bomba»El empleado de uno de los hoteles cercanos al lugar del atentado comentaba cómo varios amigos y familiares le habían llamado por teléfono porque la explosión se oyó a varios kilómetros a la redonda. «Al principio no sabíamos lo que había pasado, la centralita se colapsó, y uno de los clientes, inglés, me ha dicho: «Eso es una bomba, llevo 20 años en el Ejército y sé reconocer una explosión».Mientras, en las viviendas próximas al lugar del atentado la gente no se atrevía a salir a la calle por miedo a que hubiese otra bomba. «Yo estaba durmiendo y pensé que se había roto algo del edificio. Y como hay una obra al lado me imaginé que habría explotado algo allí. La verdad es que estoy muy impresionada», señalaba una de las vecinas.
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