Singapur

Los rayos UVA alternativa a la desalación

La Razón
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bangkok- «Imagínate el agua más sucia del mundo, cargada con residuos químicos de fábricas o con desechos humanos y animales, llena de fango. Con nuestro sistema de reciclado podemos convertirla en más pura y saludable que la del mejor manantial», asegura a LA RAZÓN Teo Yin. Desde su oficina en Singapur, es el encargado de promocionar una tecnología que está revolucionando la depuración de aguas.

En esta ciudad-estado superpoblada, desarrollada y atestada de rascacielos, siempre ha escaseado el agua. El líquido vital ha tenido que importarse masivamente desde la vecina Malasia, país que cada vez que se produce un choque diplomático amenaza con cortar el grifo. Ante este panorama, hace ya más de 35 años que el Gobierno decidió destinar enormes cantidades de dinero a investigar posibles remedios. Ahora, los laboratorios del proyecto «Newater» aseguran haber dado con la solución definitiva para Singapur y, ya de paso, para el resto de países azotados por la escasez de agua.

El «milagro» es en realidad un proceso de cuatro fases que, según los promotores, es relativamente sencillo, más barato que la desalinización y más efectivo que cualquier otra técnica, además de ecológico

Microfiltración

La primera parte no es ni más ni menos que el tratamiento químico y de filtrado al que se somete el agua en cualquier potabilizadora. La novedad comienza a partir de ahí, cuando el líquido pasa una «microfiltración», en el que unas diminutas redes retienen suciedad, bacterias y partículas dañinas.

El siguiente paso es bombear el agua a alta presión hacia unas membranas semi-impermeables para lograr una ósmosis inversa. Esto, aseguran los ingenieros de «Newater», acaba con cualquier virus, contaminante químico, resto de pesticida, nitrato e incluso metales pesados.

A partir de aquí, el agua está ya lo suficientemente limpia como para su uso cotidiano. Y, sin embargo, se ha querido ir más allá, para tener una «seguridad total» contra agentes contaminantes: el agua se somete a rayos ultravioleta.

«El resultado es un agua tan increíblemente limpia que tenemos que añadir algunos químicos para restablecer el equilibrio, el Ph, y poder dedicarla al consumo humano», explica Yin, asegurando que el proyecto vende ya botellas de agua que originariamente procedía del mar, los desagües de los rascacielos e incluso de fábricas. «Con el agua estamos 30 años por delante de la mejor tecnología del mundo, la estadounidense», agrega.

La calidad del proyecto ha sido avalada por la Organización Mundial de la Salud y cuenta con la aprobación de 30.000 exámenes científicos diferentes.