España

Más responsabilidad y menos frivolidad por José Antonio Vera

Más responsabilidad y menos frivolidad
Más responsabilidad y menos frivolidadlarazon

La tarea de gobernar conlleva el peso de la responsabilidad de quienes ejercen el poder. La pasada semana elogiamos en estas páginas la actuación del Ministerio de Sanidad con relación a las medidas tomadas con relación al seguimiento en España de la denominada gripe porcina o «A». Asimismo, subrayamos en ésta el buen hacer de nuestro Departamento de Agricultura desbloqueando con rapidez el contencioso suscitado por Rusia a propósito del veto impuesto a la carne española de porcino. Es por eso que no podemos dejar pasar en este mismo número la decisión conjunta de las ministras Aido y Jiménez con relación a permitir la venta libre de la denominada «píldora del día después». Al margen de razones de orden moral, es vidente que se está actuando en este caso con alegría, sin duda con el objetivo de aparentar ante determinados sectores cierto aire de progresismo, presuntamente otorgado por el hecho de permitir que se pueda adquirir con total libertad una pastilla que va a facilitar las relaciones sexuales sin riesgos de embarazos.El problema está en que cuando se actúa de esa manera, movidos sólo por objetivos políticos, se pueden olvidar otros valores que han de ser protegidos por quienes nos gobiernan. Y en este caso me refiero a la salud. La píldora del día después no estaba prohibida en España ni perseguido su uso. Se había simplemente limitado su administración a la prescripción facultativa con receta médica o a su suministro, generalmente gratuito, en los centros de salud. Algo razonable pues es un medicamento con efectos secundarios probados, y parece lógico que, como ocurre con las anfetaminas, los antibióticos, los antidepresivos o el mismo viagra, sean los médicos quienes los prescriban, alertando a sus usuarios de los problemas que su empleo inadecuado puede generar.Especial atención debe ponerse en las medicinas que inciden en el ciclo menstrual de las mujeres, modificando el tiempo de ovulación, etcétera. Ocurre ya con los anticonceptivos, y parece que también con esta píldora poscoital. Conozco a bastantes mujeres que tuvieron que dejar de tomar anticonceptivos por la amplísima gama de efectos no deseados que se les fueron presentando con los años. En el caso de la famosa pastilla del día después estos efectos no son menores ni despreciables, y parece lógico que quienes decidan tomarla estén informadas de esa realidad, sobre todo si se trata de niñas menores en las que esta práctica les puede ocasionar desórdenes imprevisibles.Dicen las ministras que el uso de la citada píldora es seguro y no presenta problema alguno. Es hablar por hablar, amén de hacerlo con frivolidad y poca responsabilidad. Es sabido que esta pastillita, su uso habitual y frecuente, puede producir trombos, enfermedades tromboembólicas, tromblofebitis o trombosis grave, amén de modificaciones en el endometrio, anarquía menstrual, dolores abdominales o migrañas, náuseas y vómitos, y desajustes en el sistema hormonal, alterando el equilibrio de estrógenos y progesterona.Nada nuevo teniendo en cuenta la experiencia acumulada en cuanto a la anticoncepción hormonal, que ciertamente no es poca. Sabido es que la mujer que toma pastillas para no quedar embarazada está expuesta a diferentes efectos sobre algunos de los órganos de su cuerpo. Lo que no tiene por qué impedir su uso, pero es evidente que sí se les debe informar. Se trata, en concreto, de efectos sobre los órganos sexuales femeninos: hipertrofia de ovarios, hipertrofia del endometrio, disminución de la maduración epitelial, aparición de pólipos cervicales o hipertrofia de las mamas. En el sistema endocrino tiene una acción anovulatoria, y hay también riesgos de aumento del tiempo de coagulación de la sangre, disminución de la tolerancia a la glucosa y moderados incrementos del gasto cardíaco y de la tensión arterial. Su riesgo cardiovascular está confirmado, en tanto que responsable de trombosis venosas, al aumentar el colesterol malo (LDL) y disminuir el bueno (HDL), y la modificación de los niveles de enzimas hepáticas, con casos constatados de ictericias y pruritos.Esto no quiere decir ni que afecte igual a todas las mujeres ni que por eso mismo deban dejar de tomar la píldora o la pastilla poscoital. Allá cada cual con sus decisiones. Pero lo que si parece fundamental es que se informe puntualmente a quienes las pueden consumir.

jvera@larazon.es