El Cairo
Misión: que hablen las piedras
Sus más de 25 años de experiencia no impiden a la egiptóloga Carmen Pérez Die seguir sorprendiéndose con cada nuevo descubrimiento, como si fuera el primero. La doctora Pérez Die dirige desde 1984 la misión arqueológica española más antigua de Egipto. Las excavaciones españolas en la antigua Heracleópolis Magna, actualmente, conocida como Ehnasya el Medina, comenzaron en 1966, después de que España colaborara en las campañas de salvamento de los monumentos nubios tras la construcción de la presa de Asuan. Las autoridades egipcias, como agradecimiento, cedieron al Gobierno español el Templo de Debod y la concesión de este yacimiento arqueológico, donde se hallaba la antigua Heracleópolis Magna, capital del Periodo Intermedio, durante las dinastías IX y X. Nada igualPor aquel entonces, el profesor Martín Almagro Bach, ex director del Museo Arqueológico Nacional, se hizo cargo del yacimiento hasta que Pérez Die, con tan sólo 25 años, asumió la dirección de la misión. Hasta la primera mitad de la década de los ochenta las campañas fueron esporádicas y a partir de 1984 su periodicidad fue anual. Pérez Die explica a LA RAZÓN que su predecesor escogió ese lugar porque «no hay nada igual en todo Egipto». Este periodo, conocido como Heracleopolitano, es uno de los más oscuros de la historia del Antiguo Egipto. No se conoce el nombre de los reyes que gobernaron durante el Primer Periodo Intermedio ni se ha descubierto ninguna de las tumbas reales. Por ese motivo, los descubrimientos de este equipo de arqueológico español tienen un importantísimo valor histórico. Pérez Die lamenta «no tener más vidas» para poder seguir investigando y aportando nuevos descubrimientos sobre esta inmensa ciudad, situada en Al Fayum, a 130 kilómetros al sur de El Cairo, en la que se ha excavado la necrópolis de los nobles y el templo dedicado a la divinidad Herishef, dios de la fertilidad. El final de la guerra contra los tebanos, que hizo caer a la Heracleópolis Magna, marcó la decadencia del Primer Periodo Intermedio. La ciudad fue arrasada por lo tebanos y la capital se trasladó a la antigua Tebas, en la orilla oriental en la actual Luxor. Sin embargo, Heracleópolis Magna continuó siendo importantísimo como centro religioso sobre Herishef. El templo dedicado a este dios de la antigüedad fue descubierto a finales del siglo XIX y hubo una segunda campaña en 1904, dirigida por el inglés William Petrie. Los vestigios del santuario fueron sacados de Egipto y llevados al Museo del Louvre y The British Museum. El equipo de Pérez Die ha retomado la excavación del templo sólo se había ahondado hasta los cinco metros, y los trabajos han consistido, principalmente, en limpiar la capa freática. En las excavaciones de este año se han descubierto inscripciones nuevas de Ramsés II. La mayoría de los materiales importantes (bloques, columnas, y vasos) fueron expoliados en las campañas anteriores. El templo de Herishef, explicó la experta, tiene un gran significado solar. A diferencia de otros, no tiene orientación hacia el río, sino hacia la salida del sol. «La arquitectura responde a una nueva forma de religión; la relación con el agua, como principio creador». El nombre de Herishef significa «el que está sobre su lago» y por ello Pérez Die cree que podría haber existido algún tipo de lago o laguna en la antigüedad que después se secó. La mayoría de egiptólogos españoles han empezado trabajando en Heracleópolis Magna, por eso Pérez Die llama a su misión «la semilla de la arqueología española». "Hemos descubierto estelas maravillosas policromadas y decenas de tumbas con pinturas, parecidas a las de Sakara. El yacimiento está rodeado de tierras de cultivo, y el agua hace muy difícil adelantar el trabajo. Se necesitarían varias vidas para descubrirlo entero", lamentó la egiptóloga.
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