Toros
«No me impresionan las figuras»
barcelona- Angel Teruel es un nuevo nombre a añadir en la baraja de toreros jóvenes con proyección esta temporada. Hijo de una figura del toreo del mismo nombre, ha cautivado por su toreo pulcro y profundo. Tomó la alternativa el pasado mes de Septiembre, y hace dos semanas, el 18 de Noviembre, debutó en América, concretamente en Lima, con poca fortuna. Hombre prudente al hablar. Tras su vuelta a España reflexiona sobre su debut, y la pasada temporada.
–¿Cómo resultó su actuación en Lima?
–Iba con toda la ilusión del mundo, pero lamentablemente, el balance no fue el esperado. Me tocó un toro mexicano y no había tentado antes.
–Le gustaría la plaza, el ambiente…
–Una plaza maravillosa, un público sensible y expectante ante mi llegada… y el recuerdo de mi padre. Él fue muy querido allí, y no en vano obtuvo dos Escapularios, en los años 69 y 70.
–Tuvo mala suerte, pues.
–Más que eso, creo que acusé el parón de estar sin torear desde el pasado 16 de Septiembre; en otras circunstancias, y con más corridas a mis espaldas, hubiera superado las adversidades que presentaban los toros.
–¿Cuál es el balance de esta temporada, antes y después de la alternativa?
–Ha sido una temporada bonita y dura, en la que he tenido que superar muchas cosas; sin ir más lejos, la tarde de la alternativa, que acarreaba gran responsabilidad, al tener que alternar con dos máximas figuras: César Rincón y Enrique Ponce. He echado en falta torear más corridas tras esa tarde, y tan sólo actué en cuatro: Ciempozuelos, Cifuentes, Valencia de Don Juan y Alcoriza. No he acusado el paso del novillo al toro, pero sí el no torear más seguido y sobre todo antes de América.
–La fase anterior a la alternativa, ¿fue positiva?
–Sí, porque he hecho el paseíllo en muchas plazas de primera, logrando cosas destacadas, y otras para corregir. Entre las primeras, reseñar una gran faena que cuajé en Bilbao, con la mala fortuna de fallar con la espada. Una espada que me ha dado muchos quebraderos de cabeza.
–Además en esa tarde de Bilbao resultó cogido.
–Toreaba mano a mano con Sebastián Palomo, y recibí una cornada grave de un ejemplar del Torreón. Son cosas de la profesión, y no la he acusado psicológicamente después.
–¿Podría calificar su estilo?
–Me gusta el toreo clásico y profundo, y en esa línea tengo que perfeccionarme, y pulir algunos aspectos técnicos.
–Le han criticado una excesiva frialdad…
–Cada uno es como es, dentro de su personalidad, cuando uno cuaja a un toro, la frialdad se queda al margen…
–El apellido Teruel debe pesar mucho.
–Pesa, efectivamente, porque mi padre ha sido un gran torero. Hay gente que le gustan las comparaciones, y algunos querrían verme como él cuando estaba cuajado, justo antes de retirarse.
–Su padre, ¿es de los que están «siempre encima»?
–El primer año dirigía mis asuntos taurinos, y claro, estaba muy encima. El año pasado delegué en la casa Lozano; desde entonces, como sé que pasa miedo, ha procurado mantenerse al margen, siempre dándome los consejos pertinentes. Procura ir a todos los sitios donde toreo… pero en el tendido.
–¿Cómo se plantea la próxima temporada, irá a Madrid, Sevilla…?
–Es una temporada que me ilusiona mucho, tengo que marcar mi estilo y acudir a las plazas importantes. Lo de Madrid y Sevilla, depende de mis apoderados.
–¿Algún torero que le impresione, de los actuales?
–Tanto como impresionarme no, pero puedo decirle que siento admiración por toreros como Morante de la Puebla, y el maestro Enrique Ponce.
–Ha escogido el camino difícil: una profesión dura, teniendo una posición acomodada…
–Esto es lo que me llena el interior y me hace sentir feliz. Llevaba siete años al frente de la ganadería, que tenemos desde hace 37 años en la finca de Extremadura, junto a mi padre, aprendiendo labores de campo. Llegó un momento en que decidí ser torero.
–¿Cómo pasas el invierno, ahora, cuando no torea?.
–Practico cada día el toreo de salón en la finca, me preparo físicamente, repaso vídeos… pienso en el mundo del toro.
–¿Y cuales son sus objetivos en ese mundo?.
–Cada uno tiene que solucionarse su vida en mi caso, sentirme a gusto conmigo mismo, y ser feliz en la profesión que he escogido. ¡Y que lleguen los momentos buenos y de triunfo! .
–Le apodera la casa Lozano, ¿destacaría algo de ellos?
–Son unos hombres con mucha experiencia, en esto, y que se vuelcan en su labor de apoderamiento sea con el torero que sea.
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