El Cairo

Omar Sharif contra el galán

Estrena, a sus 77 años, el filme italiano «Disparadme» 

Omar Sharif, contra el galán
Omar Sharif, contra el galánlarazon

«Lawrence de Arabia» le abrió las puertas al mundo del cine en 1962 y desde entonces continúan abiertas de par en par. Tras grandes éxitos como «Doctor Zhivago», «El señor Ibrahim y las flores del Corán», o «Funny girl», a las que habría que sumar otro centenar de producciones tanto en cine como en televisión, Omar Sharif presenta «Disparadme», un filme basado en los últimos meses del reinado de Joaquín Murat en Nápoles, a quien Napoleón, su cuñado, coronó en 1808. «Un cretino»«Yo doy vida a un aristócrata, Nicola, gran admirador de Murat y que fue capaz de comprender sus decisiones», explica el actor egipcio, que mientras atiende a la prensa acumula «fans» a las puertas del hotel donde se hospeda. Será Sharif quien convenza a Eugenio, su nieto en la ficción, para que vuelva a Nápoles, su ciudad natal, tras pasar buena parte de su vida en Francia y resultar herido en la guerra.Consciente de las pasiones que levanta, el actor, que ya ha cumplido 77 años, atiende amablemente a quienes se acercan para pedirle un autógrafo, mientras reconoce que odia la palabra galán, que más de una vez han utilizado para definirle, debido a su buena fama entre las mujeres. «Un galán es un cretino, no me gusta cuando me lo dicen», explica Sharif. Ahora su vida transcurre entre El Cairo y París haciendo gala de su multiculturalidad: «Nací cristiano, me convertí al Islam cuando me casé y he tenido cuñadas judías, ortodoxas y católicas», afirma. Además, no sólo su vida se ha caracterizado por el entendimiento entre culturas, varios de sus trabajos han seguido el mismo camino: «Con "El señor Ibrahim..."quise reconciliar al pueblo musulmán con los hebros», matiza. También sorprende Sharif con una curiosa declaración: «He hecho papeles muy malos como el de Doctor Zhivago (película que le llevó a la fama), pero también otros muy buenos y no cabe duda de que "Lawrence de Arabia", cambió mi vida para siempre». Aparcada queda su pasión por el bridge y ahora se centra en sus nietos y en «continuar actuando hasta que me muera, porque sigo recibiendo guiones, pero todos son muy malos », dice.