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Pekín propone a Taipei intercambios militares por primera vez desde 1949

El presidente chino, Hu Jintao, dedicó el último día de 2008 a una oferta sin precedentes en la tensa historia entre Pekín y Taiwán: el intercambio militar a ambos lados del estrecho de Formosa, enemistados desde 1949.

Hu propuso al gobierno taiwanés que «ambos lados finalicen con las confrontaciones y alcancen acuerdos de paz», según la agencia oficial de noticias Xinhua, con motivo del 30 aniversario de la propuesta de Pekín para reunificar ambos territorios.
«Ambos lados pueden escoger el momento adecuado para participar en intercambios en asuntos militares y crear un mecanismo de seguridad militar destinado a crear una confianza mutua».
El presidente chino, cuyo gobierno aprobó en 2005 la Ley Antisecesión que permite un ataque armado contra Taiwán en caso de que la isla proclame oficialmente su independencia, agregó que el intercambio militar «aliviará las tensiones y reducirá las preocupaciones acerca de la seguridad militar» en el estrecho.
Taiwán es una isla autogobernada desde que en 1949 se convirtiera en el refugio del partido nacionalista Kuomintang (KMT) tras perder la guerra contra los comunistas de Mao Zedong, pero Pekín la considera parte de su territorio y aspira a una reunificación.
El camino hacia dicha reunificación se ha despejado desde que Ma Ying-jeou (KMT) asumiera el poder en la isla tras nueve años de gobierno del pro-independentista Chen Shui-bian, bajo cuyo mandato las tensiones con Pekín, que apunta a la isla con mil misiles, alcanzaron su punto de ebullición.
Este nuevo acercamiento de Hu a Ma coincide con el regreso a prisión ayer, martes, del ex presidente Chen, acusado de corrupción.
En su discurso de hoy, Hu se mostró flexible con las aspiraciones internacionales de Taiwán, un país democrático a diferencia de China, pero al que sólo reconocen 23 países, la mayoría de ellos en Centroamérica, además del Vaticano y algunos africanos y oceánicos.
«China está abierta a discutir con Taiwán los preparativos adecuados y razonables para su participación en organizaciones internacionales, siempre y cuando no cree un escenario de ‘dos Chinas' o de ‘China y Taiwán», advirtió hoy Hu.
El gobierno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949), toma como un agravio que se hable de China y Taiwán como dos países diferentes, hasta el punto de prohibir la entrada en el país de guías de viaje que así lo plasman o de censurar canales de televisión, como el británico BBC, por el mismo motivo.
«Si logramos un entendimiento común de ‘una sola China', todo se puede hablar entre ambos lados», señaló el presidente chino quien, sin embargo, exigió a la ahora oposición taiwanesa, el Partido Democrático Progresista (PDP), que cese sus actividades «secesionistas».
«Todos aquellos que hayan defendido o se hayan visto implicados en actividades secesionistas son bienvenidos si quieren regresar al camino correcto, el de la reunificación pacífica».
La principal baza de China en este conflicto de postguerra no es solamente el aislamiento diplomático en el que ha sumido a la isla democrática, sino la interdependencia económica entre Taiwán y la cuarta economía del planeta.
«Seguiremos acogiendo y apoyando a las firmas taiwanesas en la China continental y animaremos a las empresas chinas a invertir en Taiwán. Esperamos normalizar las relaciones económicas a través del estrecho y establecer un mecanismo de cooperación económica», anunció Hu.
Este mes China y Taiwán establecieron por primera vez desde la escisión vuelos directos que, aunque aparentemente facilitarán el existente flujo comercial, son tan caros como un vuelo a Europa o América.