Andalucía

Rajoy rechaza dimitir aunque el PP pierda las elecciones europeas

El presidente del Partido Popular rechazó hoy la posibilidad de dimitir aunque el PP pierda las elecciones europeas y recordó que fue elegido «recientemente» por un congreso del partido «para tres años».

En una entrevista recogida por Europa Press, el líder del principal partido de la oposición se mostró convencido de que el PP «va a ganar las elecciones europeas y las gallegas», pero descartó, en caso de que ocurra lo contrario, convocar un congreso extraordinario del partido para elegir un nuevo presidente.
Preguntado por si creía que un supuesto triunfo de Jaime Mayor Oreja en los comicios europeos supondría más una victoria personal que del partido, Rajoy afirmó que «las elecciones siempre las gana un partido» y criticó los partidos en que funciona «el sistema de caudillos». «En las democracias consolidadas son los partidos los que ganan», subrayó.
Respecto a las elecciones que afronta ahora el PP, Rajoy afirmó sentirse confiado en que su partido logrará la victoria en Galicia porque el actual gobierno presidido por el socialista Emilio Pérez Touriño «se ha metido en toda serie de líos que no importaban a nadie» y «ha perdido cuatro años» de legislatura. Además, según señaló, el PP tiene un candidato «extraordinario».
En cuanto al País Vasco, Rajoy aseguró que «lo que está a debate es si después de 30 años se produce la alternancia» e indicó que votar al PP significa apostar por «la alternativa segura», ya que «la postura socialista es muy ambigua». «Cuantos más votos y más apoyos tenga el partido popular más posible es la alternancia», subrayó.

Crisis económica
Por otro lado, Rajoy también se refirió a las previsiones que el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, hizo públicas ayer sobre el crecimiento de la economía española en los próximos años, y, aunque descartó pedir la dimisión del ministro de Economía, criticó la política del ejecutivo, al que acusó de realizar ahora «una rectificación en toda regla» después de haber generado «una enorme desconfianza en la gente».
No obstante, el presidente del PP recordó que «no es la primera vez que en España hay una crisis económica», y confió en que «de esta crisis se pueda salir en el medio plazo si las cosas se hacen bien».
En este sentido, se quejó de que el Gobierno haya ayudado a los bancos y no se haya asegurado de que parte de esas ayudas lleguen a «las empresas medianas» y a «la gente honrada, española, que trabaja en el país y se va a a quedar en él».
 Además, Rajoy consideró un «un error supremo» que el Estado se endeude y apostó por un mayor control del gasto y bajadas de impuestos como recetas para salir de la crisis. «Aquí el único que ni ahorra ni es austero es el Gobierno de Zapatero, que gasta a troche y moche», denunció.

Polémica con Caja Madrid
En otro orden de temas, preguntado por la batalla por el control de Caja Madrid, Rajoy criticó el «espectáculo» dado y afirmó que las cajas grandes tienen que ser controladas por el Banco de España y «estar totalmente alejadas de la política». Así, se mostró a favor de una modificación de la ley de cajas para reducir el papel de los políticos en el gobierno de estas entidades. Igualmente crítico se mostró el presidente del Partido Popular con las palabras de su compañera de partido Montserrat Nebrera cuando ridiculizó a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, por su acento andaluz. Sobre esta polémica, Rajoy dijo que las declaraciones «no le gustaron nada» y que el acento de Andalucía «es muy bonito».

Huelga de la Justicia
Sobre la posible huelga que los jueces van a convocar, Rajoy apoyó en sus reivindicaciones a los magistrados, al considerar que «tienen toda la razón» en lo que se refiere a la falta de medios de la justicia, pero afirmó que una huelga es «inasumible» y que ni el PP la va a apoyar ni «el Gobierno la va a arreglar haciendo declaraciones fuera de tono».
Por último, en relación a la actualidad internacional, Rajoy deseó suerte en su próximo mandato al nuevo presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, y evitó hacer una valoración sobre la gestión del presidente saliente, George Bush, aunque sí insinuó que «la última parte de su mandato fue más acertada que la primera».