«Se han torturado las cifras para que un catalán valga igual que dos madrileños»

MADRID- Nada más acabar la reunión del Consejo Fiscal, las críticas del PP al acuerdo alcanzado no se hicieron esperar. El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, se quejó de que el pacto es perjudicial para España, y denunció que en el reparto de fondos entre las autonomías «ha habido que torturar mucho las cifras» para que «un catalán valga lo que dos madrileños». «Que hay más dinero sobre la mesa, es verdad -reconoció-, pero no se reparte de modo justo ni equitativo». «Que la Comunidad de Madrid, cuyos ciudadanos son los que más impuestos pagan, sea la única que, en este sentido, sigue estando por debajo de la media, es algo intolerable», protestó. Beteta cree que se trata de «un mal sistema que no beneficia a nadie, que no garantiza la suficiencia dinámica y que va a penalizar a las comunidades que pretendan seguir bajando los impuestos, como la Comunidad de Madrid», informa Efe. Por su parte, el consejero de Economía de la Comunidad Valenciana, Gerardo Camps, criticó el modelo de financiación porque, en su opinión, convierte a los valencianos en ciudadanos «de segunda». Lo «único bueno», añadió, de un sistema que tildó de «insolidario» es que aporta mas recursos, lo que motivó «que no se diera un no rotundo» a la propuesta, aunque sí una abstención «muy crítica», explicó. Desde el Ejecutivo, los vicepresidentes Elena Salgado y Manuel Chaves sacaron pecho porque el acuerdo no recibiese ningún voto en contra e insistieron en que con él todas las autonomías ganan y ninguna pierde. El titular de Política Territorial denunció la «incoherencia» que, a su juicio, propugna el Partido Popular al «no apoyar» o abstenerse en la votación para después «poner la mano para recibir el dinero». «Es lo que van a hacer», auguró en una entrevista a la cadena Ser. A su juicio, en la posición del PP hay «algo de catalanofobia» a pesar de que el futuro sistema «es bueno para todos, no sólo para Cataluña». Y aunque dijo que el pacto no se ha hecho «pensando en la estabilidad parlamentaria», reconoció que «puede tener efectos positivos» en este terreno.