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Tailandia alberga el mayor mercado ilegal de marfil de Asia según Traffic

El grupo conservacionista Traffic denunció hoy que Tailandia acoge el mayor mercado ilegal de marfil de Asia, a pesar de las promesas de las autoridades para evitarlo. "Tailandia es uno de los cinco países del mundo con mayor tráfico de marfil ilegal, pero las autoridades no parecen tomar medidas en el asunto", afirmó en un comunicado el investigador Tom Miliken. Durante un estudio realizado entre el 2006 y el 2008, el colectivo detectó en este país unas 26.000 piezas fabricadas a partir de marfil ilegal, aunque admitió que el tráfico ha caído desde el último sondeo del 2001, cuando hallaron 88.000 piezas. "El tráfico ilegal de elefantes vivos y de marfil todavía prospera en Tailandia", indica Traffic en su informe de 73 páginas. La ONG insta a las autoridades tailandesas a cerrar "los agujeros del tamaño de un elefante"que contienen sus leyes protectoras de la naturaleza, que permiten el contrabando de colmillos de elefante alegando que proviene de paquidermos domésticos. El documento aconseja a Bangkok elaborar una base de datos digitalizada sobre el material genético de los elefantes domésticos para acabar con el tráfico ilegal. Según la legislación tailandesa, la posesión y venta de marfil de estos paquidermos es legal, pues solo esta prohibido el comercio con los salvajes. Miliken señaló que Bangkok se han convertido en un centro neurálgico para la venta ilegal de marfil, con decenas de tiendas que venden estos productos. El responsable de Traffic denunció que desde el 2006, Tailandia ha vendido nueve elefantes salvajes a Australia y cinco a Alemania, ignorando sus propias leyes, e importado ilegalmente paquidermos de Birmania para usarlos en el sector turístico. Aunque no hay estadísticas precisas, se calcula que en el país viven unos 2.500 ejemplares de elefante asiático salvaje y otros 2.000 domesticados. Traffic es un grupo de ecologistas formado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF) y otras organizaciones científicas. El comercio de marfil está oficialmente prohibido desde 1989 bajo la Convención de Naciones Unidas para la Protección de Especies, y ha ayudado a recuperarse a las poblaciones de elefantes en muchas naciones africanas donde estaban al borde de la extinción.