Castilla-La Mancha
El Roble del Romanejo la sombra de mil ovejas
Hay quien dice que fueron los romanos quienes introdujeron los de su especie, el pino piñonero, en la península Ibérica; que de ese modo sembraban frutos comestibles –sus piñones– en las tierras conquistadas. Pero lo cierto es que hay muchas razones para pensar que se trata de un árbol autóctono. Su misión es importantísima, pues son capaces de reconquistar terrenos para dar paso a especies más evolucionadas al descomponer la roca, trabajar el subsuelo y enriquecer la materia orgánica en la que habitarán y de la que se alimentarán encinas y alcornoques. El roble melojo, que crece en los bosques de montaña, es testigo del clima atlántico que dominó la Península en tiempos antiguos. Sus flores no son vistosas, pero su porte, ejemplo de fortaleza, nos recuerda siempre por qué uno desea «estar hecho un roble». Su madera hace honor a su fama: fuerte y resistente.
Los melojares o bosques de rebollo son bastante frecuentes en sierras de tipo silíceo de Castilla-La Mancha, como en los Montes de Toledo, en Sierra Morena o en el Macizo de Ayllón, pero el protagonista de estas líneas nos da la bienvenida desde la localidad extremeña de Cabezabellosa.
Imaginar a un rebaño de mil ovejas descansando bajo la sombra de su majestuosa copa –según cuentan en la zona tantas encontraban refugio en su sombra– es suficiente para valorar las dimensiones de este precioso ejemplar de unos 600 años que se encuentra en plena madurez. Por eso el Roble del Romanejo es más conocido como «Roble del Acarreadero», porque al cobijo de sus grandes ramas, los pastores acarraban el ganado ovino para descansar.
Su estado de conservación no es bueno, ya que en la década de los años 40 sufrió una poda que ha degenerado en la pudrición de su tronco, hoy hueco. Además, el paso de los vehículos sobre sus raíces más superficiales ha condicionado su sistema radicular. Sin embargo, hay quien no está de acuerdo en que la valla que rodea su tronco realmente lo proteja, convencido de que las visitas habituales del ganado le favorecían con su abono. A pesar de su estado, sus 26 metros de altura y los 6 de perímetro de su tronco le han valido el título de Árbol Singular.
Para conocer de cerca este magnífico ejemplar de inmensa sombre, debe desviarse hacia El Torno antes de entrar en Cabezabellosa, junto a la Autovía de la Plata en Cáceres. Según descienda encontrará a su izquierda hay un acceso al robledal donde se encuentra el roble del Acarreadero, en el paraje «El Romanejo», rodeado de castaños.
✕
Accede a tu cuenta para comentar