Ginebra
Vivir con serenidad
Era suizo. Se llamaba Abauzit. Fue un sabio naturalista de Ginebra. Durante veintidós años estuvo midiendo la presión del aire, día a día. Entró en la casa una nueva sirvienta y un día hizo limpieza en el despacho de Abauzit. Al llegar preguntó a la muchacha: «¿Dónde están los papeles que estaban aquí, debajo del barómetro?». La muchacha respondió: «Estaban tan sucios que los he quemado; pero los he cambiado por otros completamente limpios». Dicen que Abauzit cruzó los brazos. En su interior había una gran tempestad... Después de haberse controlado y superado interiormente… dijo con sosiego: «¡Has destruido el trabajo de veintidós años! De hoy en adelante no has de tocar ningún papel de esta habitación, aunque esté en el suelo».
Guardar la serenidad indica fuerza de voluntad y dominio de sí mismo. Charles Péguy decía: «No has venido al mundo a triunfar. Has venido al mundo para tener un gran corazón… y sufrir». La vida no es fácil. Debemos saber hacer frente a la desgracia, al dolor, a las contrariedades de la vida con serenidad, apaciblemente, que es lo mismo que haber adquirido algunas virtudes cristianas que nos pueden ayudar.
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