Coronavirus
Maduro militariza Venezuela bajo la “cuarentena nacional”
El chavismo corta carreteras y practica detenciones bajo la orden de contener el Covid-19. Pide a la población no salir a la calle pero ésta no tiene comida
Camiones militares van arrestando a la gente que se encuentran en la calle. Al menos así ocurrió ayer en Caracas, cuando la Guardia Nacional recorrió con un camión la céntrica avenida Fuerzas Armadas y se llevaron a quienes transitaban por ella sin usar mascarillas. Al este de la capital, en la favela Petare, las letales FAES hicieron lo propio.
El régimen de Nicolás Maduro ha activado una estrategia “drástica”, como la han calificado, para contener el avance del coronavirus en el país. Para ello, ha optado por la militarización del país y de todas las acciones estatales.
Desde este martes Venezuela está en “cuarentena social” obligatoria y de escala nacional, y nadie debe salir de sus casas a menos que vaya a centros de salud o a procurarse alimentos, además de quienes cuidan a personas dependientes y de trabajadores de medios de comunicación. Para ello, deben portar mascarillas, aunque sean caseras.
Pero esas excepciones, anunciadas en transmisión televisada nacional por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, no siempre se han cumplido. Por ejemplo, hay funcionarios militares que han impedido a periodistas trasladarse por las calles, a pesar de portar identificación y mascarillas. Otros, han obligado a cerrar locales de expendio de comidas.
Todo es justificado con la urgencia de evitar la propagación del nuevo coronavirus, y para ello usar el modelo chino aplicado en Wuhan. Y aunque los gremios científicos venezolanos han opinado que la estrategia puede ser correcta, la realidad está llamada a imponerse en un país con una abrumadora inseguridad alimentaria, con problemas de ingresos en la gran mayoría de la población y con una red de servicios públicos venida a menos, incapaz de atender a todos.
Por ejemplo, el Gobierno ha dispuesto 47 hospitales “centinela” donde atender casos confirmados de Covid-19, de los cuales tres están en Caracas. Pero uno de ellos, El Algodonal, acumula ya una semana sin servicio de agua. Bajo esas condiciones, no obstante, se mantiene hospitalizado un paciente infectado con el virus.
Sin agua y sin comida
Según la ONG Observatorio de Servicios Públicos, el 13,3% de los hogares venezolanos no recibe agua en los grifos, y solo el 9,7% tiene suministro un día a la semana. Además, el 23,7% de los hogares se paga camiones cisternas para llenar tanques de sus residencias, a los cuales no podrán recurrirporque ni siquiera podrán circular.
Este martes, por ejemplo, las autopistas de Caracas amanecieron cerradas y las vías que conectanunos estados con otros fueron clausuradas. A partir del miércoles, los sistemas colectivos de transporte como el Metro de Caracas y de ferrocarriles serán suspendidos.
Hasta mediodía de este martes, en Venezuela se registraban 33 casos confirmados de coronavirus, un crecimiento grande con respecto a tres días antes, cuando apenas se admitía que existían dos. Ha sido el crecimiento más rápido de toda América Latina.
El ministro de Información de Nicolás Maduro intentó explicarlo al afirmar que otros países tardaron en iniciar las pruebas. Además, confirmó que por cada caso confirmado puede haber otros 27 infectados no detectados. Esa cuenta estima que en el país petrolero la cuenta pudiera estar cerca de los 900 casos.
Lo que no ha habido en el régimen es información fiable. Por ejemplo, Nicolás Maduro afirmó que “todos los casos provienen de Europa y Colombia”, pero su ministro de Comunicaciones dijo el día anteior que dos de los pacientes habían viajado desde Estados Unidos. El mandatario también ha insistido en que todos los casos son importados, pero su ministro confirmó dos casos locales; y hasta el encargado de negocios de la embajada argentina en Caracas, Eduardo Porretti, confirmó estar contagiado a pesar de no haber viajado a ninguna parte en los últimos seis meses.
Aun así, hay quienes no pueden quedarse en casa a buen resguardo, pues muchos le temen más a quedarse sin comida que a contraer el virus, y aunque reconocen que la pandemia mundial es cosa seria, también lo son más de cinco años de escasez, racionamiento de productos, sobreprecio en los alimentos básicos y casi tres años de hiperinflación. Además, la mayoría de las compras ocurren en mercados a cielo abierto con productos que vienen de otas regiones, que muchos comerciantes admiten no saben cuándo podrán reabastecer.
“En una semana no vamos a tener comida, y si esto se extiende por un mes, mucho menos esto no lo aguanta nadie”, se mostró preocupada Sara Landaeta, residente del centro de la capital que hacía compras de última hora, “aunque no puedo comprar mucho porque el dinero no me alcanza”.
Escasez de camas
Se trata de evitar una mayor demanda del sistema público de salud, en un país donde apenas se contabilizan menos de cien camas de cuidados intensivos en los 24 principales hospitales a escala nacional, según cálculos de la Federación Médica Venezolana.
Nicolás Maduro no ha anunciado medidas económicas complementarias, aunque sí que se ha reunido con gremios empresariales. Pero su capacidad de maniobra puede estar más que limitada, pues la principal fuente de ingresos del país, el crudo Merey, se está vendiendo hasta 15 dólares por debajo de su costo de producción que, además, permanece reducida en mínimos históricos. Eso sí, el gobernante tiene todas sus esperanzas puestas en los cargamentos de interferón cubano como panacea para acabar con el coronavirus, a pesar de que su efectividad clínica es cuestionable.
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