Coronavirus

Mueren seis monjas de un convento italiano por coronavirus

24 de las 41 Hermanitas Misioneras de la Caridad de Don Orione de Tortone tuvieron que ser hospitalizadas

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Las monjas son un colectivo de riesgo debido a que suelen ser personas de edad avanzada y viven con otras religiosas recluidasEduardo SanzEuropa Press

La casa madre de las Hermanitas Misioneras de la Caridad de Don Orione, situada en la localidad italiana de Tortona, ha sido duramente golpeada por el coronavirus. De las 41 religiosas de la comunidad, 24 se vieron obligadas a ser trasladadas a un centro hospitalario a principios del mes de marzo. Sin embargo, no todas ellas han podido vencer a la enfermedad. Hasta el 20 de marzo, las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de Don Orione habían sufrido la pérdida de la Madre Maria Cateria Cafasso de 82 años, y la Madre Maria Ortensia Turati, de 89 años, que sirvió como Superiora General de la congregación entre 1993 y 2005. Con el paso de los días, el número de fallecidas ha ascendido a seis. Las otras cuatro víctimas del COVID-19 son Maria Annetta Ribet, de 85 años, Maria Cristina Fontes (91), Maria Filomena Licitra (98), y Maria Ulisia Felici (86). Además, otras nueve religiosas permanecen ingresadas en el hospital, después de que el pasado viernes fueran dadas de alta las cuatro últimas monjas.

Nada más decretarse el brote en la institución religiosa, un médico de la Unidad de Crisis de la Región del Piamonte se trasladó hasta el lugar para evaluar a las religiosas y decretó que 24 de ellas necesitaban atención hospitalaria. Además, el convento fue sometido a una intervención de saneamiento para evitar que el resto de integrantes de la congregación resultaran afectadas.

“Muchas veces las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad hemos compartido el objetivo de compartir la vida de los pobres y de los últimos, sus vidas frágiles”, comentó la Madre Gabriella Perazzi a Vatican News.

Las hermanas restantes fueron puestas en cuarentena en otra residencia, mientras que dos hermanas se quedaron en el convento para cuidar a otras seis hermanas mayores que dieron negativo para COVID-19 pero tenían otros problemas de salud. “Nos quedamos porque estas hermanas necesitan ayuda y nuestra casa madre es para nosotros una especie de hogar de retiro donde las hermanas vienen después de una vida de servicio”, relató la hermana Perazzi a “Vatican News”.