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Estados Unidos comienza la reapertura con casi un millón y medio de contagiados

El presidente Donald Trump quiere celebrar la cumbre del G-7 en Washington como señal de normalización

Social distancing in New York
Un parque en Brooklyn, Nueva York, con las marcas de distanciamiento social19/05/2020 ONLY FOR USE IN SPAINDan Herrick/ZUMA Wire/dpaDan Herrick/ZUMA Wire/dpa

El plan siempre fue lograr que EEUU. llegase a Memorial Day, el 25 de mayo, cuando el país recuerda con solemnidad a sus soldados caídos, con la economía en vías de reapertura. Y parece que puede lograrse. De hecho todos los 50 estados de la Unión han comenzando a levantar ya el confinamiento. Aunque la velocidad del proceso depende mucho de los datos sanitarios, aunque los números de contagios han aumentado en más de una docena de estados y, de paso, aunque tampoco existe consenso entre los científicos respecto a la oportunidad, o no, de acelerar el proceso.

Así, en Nueva York, epicentro de la pandemia, el alcalde, Bill de Blasio, informaba de que las actividades veraniegas escolares seguirán mayormente cerradas, aunque también aprovechó para explicar que la ciudad cuenta con material sanitario suficiente para resistir todo el mes de mayo e, incluso, comenzará a acopiar mascarillas, respiradores y demás con vistas a un posible rebrote.

En hospitales tan castigados como los de Elmhurst, en Queens, que llegó a estar absolutamente desbordado, la actividad recuerda mucho a la de los días previos a la epidemia. Otro buen indicador es la retirada de las morgues portátiles, decenas, que funcionaron durante semanas para acrecentar la capacidad de unos hospitales y funerarias absolutamente desbordados.

Pero la situación no es igual en la ciudad, con 194.000 casos confirmados y 15.789 decesos, y que ha sufrido un leve repunte en las últimas 24 horas, que condados como Otsego, con 67 casos, Schoharie, con 48 o Schuyler, con 10, y poco tiene que ver la situación vivida en el Bronx, que acumula 43.270 casos, con Delaware, con 69. En total el estado acumula 352.845 casos y puede presumir de haber realizado tests a 1.467.739 ciudadanos. Lo mismo puede decirse a nivel nacional, donde contrastan tanto los números como los enfoques y decisiones.

Así en Connecticut, con 38.430 casos y 3.472 muertos, el gobernador anunciaba que empezarían a retirar las restricciones que pesan sobre la hostelería. Con condiciones, claro está: los restaurantes sólo podrán abrir al aire libre, tendrán que operar al 50% de su capacidad, los camareros deben llevar máscaras y guantes, están prohibidas las cartas, igual que los bufets y los menús compartidos, las mesas deben de estar situadas a una distancia mínima de 2 metros y, de momento, los bares seguirán cerrados. Y las diferencias entre territorios pueden también rastrearse, por ejemplo, usando los indicadores de la raza.

Así, en un estudio pionero de la Universidad de John Hopkins, a partir de los datos de muertes desglosados por la información racial y étnica, que de momento sólo está disponible para para «aproximadamente el 35% del total de muertes en los EEUU.» entiende que «los afroamericanos y otros grupos históricamente desfavorecidos están experimentando tasas de infección y mortalidad desproporcionadamente altas».

De modo, por ejemplo, que «si bien los afroamericanos representan solo alrededor del 13% de la población en los estados que han proporcionado información racial / étnica, representan alrededor del 34% del total de muertes de Covid-19». Esta disparidad también puede rastrearse entre los estadounidenses de origen asiático y los latinoamericanos, con «impactos elevados en algunas regiones».

El estudio ha coincidido con la publicación del dossier de recomendaciones para iniciar la reapertura que firman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU. Son 60 páginas de información pormenorizada sobre todo tipo de negocios, espacios y situaciones, de los restaurantes a las guarderías, escuelas, institutos y universidades, de los parques a las iglesias. Los científicos de los CDC viven desde hace tiempo en la cuerda floja, contemplados con sospecha por un gobierno que no ha dudado en estrangular sus presupuestos.

Según el informe los estados tendrían que sumar al menos 14 días de disminución en el número en positivos antes de pasar de fase e iniciar los trámites para acabar con el confinamiento. El papel fue objeto de controversia después de que la Casa Blanca desaconsejara que fuera hecho público. Los CDC jugaron un papel clave en la erradicación a nivel mundial de la viruela y también han sido fundamentales en la lucha contra el HIV-SIDA.

En Twitter el presidente, Donald Trump, celebraba los primeros pasos rumbo a la ansiada normalidad. «Ahora que nuestro país está “volviendo a la grandeza”, escribió, «estoy considerando reprogramar el G-7, en la misma fecha o similar, en Washington, D.C., en el legendario Camp David. Los otros países también están comenzando su REGRESO. Sería una gran señal para todos: ¡normalización!».

Pero el regreso se antoja proceloso: así, una iglesia católica de Houston y una iglesia Baptista en Ringgold, Georgia, que abrieron recientemente, han vuelto a cerrar sus puertas después de registrar varios contagios entre los asistentes. De momento, a nivel nacional, son ya 93.858 muertos, 325 en las últimas 24 horas, líder en términos absolutos a nivel mundial, y 1.576.950 los casos positivos, 6.367 en 24 horas.