EE UU
Texas impugna el resultado de las elecciones del 3-N
Florida y otros 16 Estados republicanos se suman a la demanda ante el Supremo
La penúltima bala llegó desde Texas, donde el fiscal general, Ken Paxton, presentó una demanda ante el Tribunal Supremo para que bloquee los resultados electorales de cuatro Estados, Pensilvania, Michigan, Georgia y Wisconsin. A la inusitada demanda de Paxton se sumaron otros 17 Estados, todos ellos gobernados por republicanos.
Concretamente, esperan que los jueces del Supremo descarten millones de votos considerados legales por las cortes locales y federales, revirtiendo el triunfo de Joe Biden en esos cuatro Estados y dejando en manos de los legislativos locales la nominación del ganador.
De fondo, las acusaciones, formuladas y rechazadas ante no menos de medio centenar de tribunales, respecto a la presunta trama de corrupción que habría subvertido los resultados electorales en EE UU. A fin de cuentas, acabar delante del Supremo, y de esa mayoría teóricamente sensible al presidente, siempre fue el objetivo declarado por los abogado de Donald Trump.
El problema es que apenas el Supremo, está misma semana, viene de liquidar, por 9 votos a 0, el intento de Trump para que el Estado de Pensilvania no reconozca los resultados electorales. Los jueces, entre los que por supuesto figuran tres nominados directamente por Trump, a saber, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, no solo no emitieron ninguna opinión discordante, sino que directamente rechazaron admitir la querella.
En el caso de la maniobra de Paxton, resulta altamente dudoso que el Supremo acceda a reconocer la posibilidad de que un Estado, en este caso Texas, ponga en tela de juicio la validez de los resultados electorales en otros cuatro Estados. Máxime cuando parece que el conflicto pudo resolverse sin llegar a la Corte Suprema y cuando docenas de jueces, muchos de ellos igualmente nominados por Trump, han rechazado todas y cada de una de las demandas de sus abogados.
Todo esto sucede mientras el país marcaba un nuevo récord de muertos por coronavirus. Fueron 3.124. Hubo 221.267 nuevos casos confirmados. Y la acumulación de pacientes en los hospitales, la saturación en las UCI, especialmente en las zonas rurales, parecen confirmar los peores augurios de muerte las próximas semanas.
Un paciente que parece haber logrado sortearla, Rudy Giuliani, abogado personal de Trump y gran director de la campaña legal para revertir los resultados, agradeció su buena fortuna al cóctel de antivirales y anticuerpos que le habría sido suministrado. El problema es que se trata de fármacos sometidos a una enorme carestía, que en algunos Estados incluso están siendo objeto de sorteos en los hospitales para determinar quién tiene el privilegio.
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