Opinión

El futuro de la derecha colombiana

Manifestación frente a la Embajada de Colombia en La Paz
Manifestación frente a la Embajada de Colombia en La PazMartin AlipazEFE

La crisis que atraviesa el presidente de Colombia, Iván Duque, marcará probablemente parte de la campaña electoral que elegirá a un nuevo presidente en 2022. Por desgracia, ya se cuentan los muertos y desaparecidos por decenas. El paro nacional, sin duda, le está dejando heridas a la actual Administración de derecha que gobierna el país cafetero. Los argumentos desde el Gobierno establecen una postura que reposa en la victimización de la Policía y el Ejército colombianos, algo que hasta ahora parece insuficiente para paliar los efectos de este difícil momento.

Como en todo escenario de confrontación, la Justicia tendrá que determinar responsables. Ha habido exceso en el uso de la fuerza, eso no se puede negar. Por ejemplo, la prestigiosa organización Amnistía Internacional en la figura de su directora, Érika Guevara Rosas, expresó: «Las autoridades colombianas deben investigar de forma rápida, independiente e imparcial todas las denuncias de uso excesivo e innecesario de la fuerza contra manifestantes, que ha dejado como saldo docenas de personas muertas y heridas, detenciones arbitrarias, actos de tortura y violencia sexual, y denuncias de personas desaparecidas». Las reacciones de rechazo ante estas declaraciones no se hicieron esperar, entre ellas, las del ex presidente Álvaro Uribe, padre político del actual presidente, quien afirmó que Amnistía Internacional «está bastante perdida en la realidad colombiana».

En este sentido, es importante resaltar que, de la misma manera, no han sido pocos aquellos quienes han aprovechado la situación para vandalizar las calles de las principales ciudades del país, incluyendo, por ejemplo, la quema de lugares donde la Policía encuentra refugio, o directamente el asesinato de funcionarios policiales. En este sentido, parece claro que hay intereses y premeditación para generar caos desde fuerzas políticas antagónicas al Gobierno colombiano y desde sectores sociales que responden a la agenda de una izquierda antidemocrática, esto incluye a factores de los grupos terroristas ELN y FARC.

El ganador de esta crisis será el líder de izquierda y simpatizante del castro chavismo, Gustavo Petro. El ex candidato presidencial aspirará nuevamente a la Presidencia en mayo de 2022, justo en un año. Para él es posible que la campaña electoral esté iniciando con este paro nacional y con las huellas que dejará la crisis. De entrada tiene material que mostrar, argumentos para incriminar, probablemente sin fundamento, al presidente Duque sobre los muertos y desaparecidos. Tiene ahora «munición comunicacional» para enfilar su artillería verbal en contra del jefe de Estado, de su partido y sus allegados.

Duque, por tanto, tendrá que «limpiar la casa» después del desorden. Tendrá que estimular una agenda judicial que determine responsables ante las muertes y de-sapariciones; tendrá, por supuesto, que asumir culpa de algunos errores. De lo contrario, esta crisis podría abrir un boquete difícil de cerrar en la necesaria legitimidad que necesita para que el proyecto político liberal se reelija en apenas un año, evitando, por tanto, que una izquierda recalcitrante asuma el poder en Colombia.