Terrorismo

El asalto a la prisión siria de Ghweran plantea el “resurgimiento” del Estado Islámico en la zona

Los kurdos del FSD acusan a Turquía de estar detrás de la acción terrorista dentro de un plan para controlar nuevas zonas del país

Camiones armados estadounidenses patrullan una zona durante una operación militar de búsqueda en Hasaka, noreste de Siria. Terroristas de Daesh atacaron las prisiones de Ghweran y al-Shaddadi en al-Hasaka para intentar liberar a miles de sus afiliados de la prisión. EFE/EPA/AHMED MARD
Camiones armados estadounidenses patrullan una zona durante una operación militar de búsqueda en Hasaka, noreste de Siria. Terroristas de Daesh atacaron las prisiones de Ghweran y al-Shaddadi en al-Hasaka para intentar liberar a miles de sus afiliados de la prisión. EFE/EPA/AHMED MARDAHMED MARDNLIAgencia EFE

Era de esperar. El Estado Islámico (Daesh, Isis) proclama como una gran victoria, algo así como el resurgimiento de la banda yihadista después de la derrota militar del “Califato”, el ataque contra la cárcel de Ghweran y lo presenta como un fracaso del dispositivo de seguridad estadounidense en la zona y de las fuerzas kurdas del FSD. De la magnitud de lo ocurrido da muestra de la acusación que el FSD ha lanzado contra Turquía, a la que acusa de estar detrás del ataque. “El Estado de ocupación turco apoyó directamente los ataques terroristas (de Daesh) en la prisión de Al Hasaka, que alberga a aproximadamente 5.000 detenidos en un intento de liberarlos”, según un comunicado oficial.

En el último número de su semanario Al Naba, que ha conocido LA RAZÓN, señala que “una vez más, el Estado Islámico sorprendió a todos y golpeó profundamente en la patria del enemigo, en su zona más fortificada de la ciudad Al-Baraka, apuntando a la prisión más grande administrada por el apóstata PKK (kurdos) y bajo el control directo de las fuerzas estadounidenses”.

Tras rechazar las versiones que se han dado desde estos sectores, que califica de “películas ficticias de Hollywood”, asegura que el ataque no lo protagonizaron cientos de terroristas, sino sólo 12, aunque después se sumaron otras fuerzas para apoyarles. “Matamos a su director y capturamos a sus guardias, para luego librar durante siete días una feroz guerra que cobró la vida de decenas de apóstatas y destruyó gran parte de sus vehículos”, aseguran. El atentado comenzó con la explosión de dos camiones bomba conducidos por “los Caballeros del Martirio Abu Abd al-Rahman al-Muhajir y Abu al-Faruq al-Muhajir”.

“Eran sólo12, no cientos, los atacantes que se dividieron en cuatro grupos. Después, se produjo la llegada de cientos de muyahidines de otras zonas, para atacar las torres de la prisión y quemar los tanques de petróleo con el fin de dificultar la visión de los aviones estadounidenses”. “El proceso de toma de la prisión se produjo luego de violentos enfrentamientos en los muros de la prisión, acompañados de movimientos de presos desde el interior, que culminaron con el control de los puestos de armas, matando y capturando a muchos guardias y miembros de la prisión, hasta alcanzar a sus compañeros de prisión para iniciar otra batalla dentro y fuera de ella”.

La acción terrorista se enmarca dentro de la campaña de “Derribar los muros”, ya puesta en marcha en Irak, Afganistán y el Congo. “El objetivo del ataque no era abrir frentes de combate contra el PKK en la región, sino distraer al enemigo para lograr la liberación de los presos”. A este respecto, Daesh no da cifras concretas y otros datos, al considerar que forman parte de la estrategia utilizada y que no deben ser conocidos por sus contrarios. Sólo dice que “fueron trasladados a lugares seguros por la gracia de Dios Todopoderoso”.

Da a entender que hubo una negociación entre los terroristas y los kurdos para dejar libres a los rehenes a cambio de que les dejaran salir de la cárcel tras el ataque. “En cuanto a los muyahidines que tomaron las armas y juraron lealtad hasta la muerte, lucharon hasta el último aliento dentro y fuera de la prisión hasta que fueron sometidos a bombardeos bárbaros por los aviones estadounidenses después de que no lograron eliminarlos en el enfrentamiento directo, algunos murieron”. Admite que los asaltantes iniciales perdieron la vida.

“El ataque elevó la moral de los musulmanes y sus prisioneros, no solo en Siria, sino en todos los campos de batalla (…) muchos detalles se mantendrán confidenciales según las recomendaciones de los líderes muyahidines ya que los capítulos de batalla aún no han terminado”.

Desde el FSD, se asegura que el ataque formaba parte del plan de Ankara para tomar primero el control de la ciudad de Al Hasaka, y, posteriormente, expandir su dominio a “toda” la región controlada por los kurdos. Para las FSD, el alzamiento en Al Hasaka puso de manifiesto “una vez más” la “relación entre el Estado turco e Isis, organización terrorista a través de la cual tratan de “socavar la seguridad y estabilidad” en las áreas controladas por los kurdosirios.