En la diana

El “repugnante” lujo del supuesto yate personal de Putin atracado en un puerto italiano

Con seis plantas y dos helipuertos, es uno de los más grandes del mundo. La embarcación está registrada a nombre de una entidad anónima registrada en las islas Marshall

El yate Scheherazade
El yate ScheherazadeGibraltar Yachting / YouTubeGibraltar Yachting / YouTube

Vladimir Putin, al igual que los oligarcas rusos, tendría su propio superyate y está atracado Marina di Carrara para labores de mantenimiento. Según la información de opositores políticos cercanos al político encarcelado Alexey Navalni, el presidente de Rusia posee un barco de lujo valorado en 700 millones de dólares estacionado en la costa oeste de Italia.

El yate, de 140 metros de eslora, se llama Scheherazade y es un alarde de ingeniería naval y lujo asiático. Posee dos helipuertos, un salón de belleza, una sala de spa, y una piscina con cubierta retráctil que se convierte en pista de baile. Tiene incluso hasta un porta rollos de papel higiénico bañado en oro. Todo ello repartido en seis pisos de altura. The Sun habla del “repugnante” lujo del hombre que ha ordenador la invasión de Ucrania. “Es difícil aceptar el hecho de que el barco más increíble del mundo sea propiedad de un hombre que intenta bombardear a civiles en Ucrania”, escribe el tabloide británico.

La investigación admite que no ha podido confirmar documentalmente que la embarcación pertenezca a Putin, pero considera que la mejor prueba es que en ella trabajan miembros del FSO, el Servicio de Protección Federal. El FSO es el órgano encargado de la seguridad del presidente, de los altos funcionarios, del Kremlin y de las distintas residencias oficiales del líder ruso.

El yate está atracado en Marina di Carrara, cerca de Forte dei Marmi, un destino de vacaciones favorito de los oligarcas rusos, muchos de los cuales han comprado villas y resorts de playa.

El Scheherazade no sería el primer superyate vinculado a Putin. En el pasado se le ha atribuido también la propiedad del Graceful, de 81 metros de eslora y que, según Rory Jackson, fue uno de los únicos superyates de alto perfil que regresó directamente a Rusia antes de dar comienzo la guerra en Ucrania.

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Existe una gran dificultad para localizar el patrimonio de los magnates rusos, incluido el propio Putin, ya que muchos están escondidos detrás de empresas pantalla en paraísos fiscales. Por eso, tras el Scheherazade no está el nombre de Putin sino Bielor Asset Ltd, una entidad anónima registrada en las Islas Marshall. Este sería el motivo por el que las autoridades italianas no han podido bloquear el barco como sí se ha hecho con otros buques de recreo de oligarcas rusos en España, Francia, Alemania y en la propia Italia, donde el 12 de marzo la policía incautó temporalmente una embarcación de lujo propiedad de Andrey Melnichenko, otro multimillonario ruso sancionado.

Imagen del yate Scheherazade en el puerto italiano de Carrara
Imagen del yate Scheherazade en el puerto italiano de CarraraSuperyachtNewsSuperyachtNews

Los aliados de Navalny aseguran que han identificado a casi la mitad de la tripulación y que la mayoría son efectivos de la seguridad personal de Putin. Se trata de las mismas personas que cuidan de Putin en sus residencias y en sus viajes y que gestionan su día a día y que han volado juntas a Italia para trabajar en uno de los yates más caros del mundo, dijo en el video la periodista de investigación Maria Pevchikh, quien añadió: “Son empleados estatales rusos, personal militar y viajan de forma habitual a Italia en grupo para trabajar en el misterioso yate”, tuiteó.

The New York Times logró hablar a principios de mes con el capitán británico del barco, Guy Bennett-Pearce, quien entonces negó que Putin hubiera sido dueño o hubiera pisado alguna vez el Scheherezade. “Nunca lo he visto. Nunca lo conocí”, admitió. Bennett-Pearce, el único no ruso que trabaja en el barco, no descartó que el dueño del superyate pudiera ser ruso, pero no pudo dar más detalles debido a un “acuerdo de confidencialidad hermético” y dijo que su dueño no estaba en ninguna lista de sanciones. Sin embargo, las autoridades italianas siguen indagando para saber si la embarcación pertenece verdaderamente al presidente ruso, incluido en la lista de más de 800 personas rusas castigadas con sanciones económicas por la Unión Europea.

La oposición rusa a Putin considera que el mandatario es en realidad el hombre más rico de Rusia. En un vídeo difundido por el entorno de Navalni se asegura que la ex esposa de Putin, Lyudmila, está construyendo una lujosa villa en Biarritz, en el suroeste de Francia, mientras que su hija, Katerina Tikhonova, de 35 años, afirma poseer un castillo en la costa francesa.

Tres yates bloqueados en España

En apenas una semana, España inmovilizó tres yates. En Barcelona quedó retenido el buque de lujo Valerie, de 85 metros de eslora y valorado en 130 millones de euros, presuntamente propiedad de Serguei Chemezov, presidente de Rostec, la gran empresa pública de defensa rusa. Este empresario es amigo íntimo de Vladímir Putin y ha defendido públicamente la invasión y pronosticado que Rusia saldrá vencedora. Su yate estaba siendo reparado en los astilleros especializados en embarcaciones de lujo de la empresa MB92, donde el constructor ruso Andréi Molchanov, por ahora fuera de la lista de sanciones, tiene también aparcado su yate Autora.

Oficialmente el yate Valerie no es propiedad de Chemezov sino de una empresa en las islas Vírgenes a nombre de su hijastra, Anastasía Ignátova, según reveló el año pasado el consorcio de periodistas que investigó los papeles de Pandora. Según La Vanguardia, la misma empresa está detrás de una espectacular mansión en S’Agaró, en la Costa Brava, valorada en 15 millones. Para poder congelar tanto el barco como la mansión, los investigadores deberán demostrar que Chemezov es su último titular.

El segundo yate retenido (en Mallorca) fue el Lady Anastasia, supuestamente propiedad de Alexander Mijeev, director general de Rosoboronexport, un holding dedicado a la venta de armas y material militar. Unos días antes de la guerra, uno de los tripulantes ucranianos intentó hundir la embarcación en represalia por la agresión rusa a su país. El tercer yate congelado se llama Crescent, con bandera en las Islas Caimán y de 135 metros de eslora. Las autoridades lo requisaron en Tarragona para comprobar si pertenece a Igor Sechin, director ejecutivo del gigante petrolero estatal Rosneft y hombre de máxima confianza de Putin. Según informes, el nombre de Sechin lleva años en el radar de los investigadores al tener sospechas de que podría ser el enlace entre el Kremlin y las mafias.

Las autoridades españolas también están investigando el yate Tango, amarrado en el puerto de Palma de Mallorca, propiedad de Víktor Vekselberg, presidente de Renova Group, holding de aluminio, energía y telecomunicaciones.

En las últimas horas se ha puesto en funcionamiento la webRussian Asset Tracker, un rastreador desarrollado por una red de información que localiza todos los activos de los oligarcas rusos vinculados a Putin.