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Sin tregua yihadista en el aniversario del «Charlie Hebdo»

Un hombre es abatido por la Policía al intentar atacar una comisaría en el norte de París con un cuchillo y una bandera del Estado Islámico. A la misma hora, Hollande daba un discurso conmemorativo para anunciar el refuerzo de los poderes de las Fuerzas de Seguridad ante

El hombre abatido por los agentes
El hombre abatido por los agenteslarazon

Un hombre es abatido por la Policía al intentar atacar una comisaría en el norte de París con un cuchillo y una bandera del Estado Islámico. A la misma hora, Hollande daba un discurso conmemorativo para anunciar el refuerzo de los poderes de las Fuerzas de Seguridad ante

El primer aniversario de los atentados del semanario «Charlie Hebdo» en París ha estado marcado por un nuevo ataque. La Policía francesa abatió en la mañana de ayer a un hombre armado con un cuchillo que intentaba penetrar en una comisaría del distrito 18, al norte de la capital gala. El agresor, un marroquí de 20 años con antecedentes por robo en 2013 en una localidad cercana a Marsella, según fuentes policiales, sacó su arma y gritó «Alá es grande» antes de ser tiroteado por los agentes, según informó la Fiscalía a primera hora de la tarde. El asaltante portaba un emblema del grupo terrorista Estado Islámico (EI), a cuyo autoproclamado líder –Abu Bakr al Bagdadi– habría jurado lealtad, y una reivindicación manuscrita en árabe e «inequívoca», según ha indicado el fiscal de París, François Molins. En vista de los elementos del caso, el propio fiscal ha precisado que la sección antiterrorista de la Fiscalía se está encargando de la investigación.

Según fuentes del Ministerio del Interior, el hombre habría intentado agredir con el arma blanca a un policía a su entrada en comisaría, antes de ser disparado por los agentes. Posteriormente, el cadáver del atacante quedó tendido en el suelo a pocos metros de la entrada, donde fue inspeccionado por un robot de los artificieros, temiendo la presencia de un cinturón de explosivos, que más tarde se confirmó como un falso artefacto cuyos cables hicieron sembrar la duda de los cuerpos de seguridad durante los primeros minutos del ataque. En realidad, el hombre llevaba una bolsa de plástico con cinta adhesiva pegada al torso, pero ningún explosivo en su interior. Una vez descartada la presencia de explosivos, se pasó a examinar sus pertenencias, entre ellas un teléfono móvil del que se estarían examinando mensajes en francés y en alemán, según ha citado la televisión gala BFMTV.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, que se trasladó a la propia comisaría poco después del incidente, pidió prudencia y evitó considerarlo como un ataque terrorista. El portavoz del Ministerio, Pierre-Henry Brandet, afirmaba minutos antes no tener informaciones fiables sobre la presencia de otros atacantes, algo evocado por algunos medios de comunicación franceses al poco de conocerse el incidente, aunque Brandet puntualizó que «no se puede descartar ninguna pista».

La Policía de París mantuvo cercado el popular y multiétnico barrio de la Goute d’Or, donde se encuentra la comisaría, durante las horas siguientes al ataque. Los niños de dos escuelas quedaron confinados hasta bien entrada la tarde. Fuentes del Ministerio del Interior confirmaron que la amenaza por la conmemoración del primer aniversario de los ataques a la revista satírica «Charlie Hebdo» es muy fuerte y que París se encuentra en estado de «vigilancia constante», según palabras del portavoz de Interior. Mientras tanto, en la antigua sede del semanario, donde doce personas murieron hace un año, algunos ciudadanos depositaban flores bajo la placa conmemorativa de las víctimas inaugurada ayer.

Este ataque ha tenido la simbología de producirse en la fecha exacta del primer aniversario del ataque terrorista al semanario «Charlie Hebdo», día del inicio de un 2015 negro para Francia y tan sólo minutos después de que el presidente de la República, François Hollande, coincidiendo con la trágica efeméride, pronunciara un discurso instando a los servicios de seguridad franceses a una mayor colaboración ante el riesgo de atentados. Hollande pidió a los distintos cuerpos de policía, gendarmería, militares e inteligencia que «pongan en común todas las informaciones de que disponen».

El jefe de Estado francés desgranó algunas de las medidas de seguridad incluidas en el proyecto de ley que se prepara tras los atentados del 13 de noviembre en París, afirmando que las mismas se aplicarán bajo control judicial. Entre ellas se incluyen la flexibilización de los controles de identidad, los registros de personas, vehículos y allanamientos, así como los arrestos domiciliarios para los jóvenes radicalizados que vuelvan de Siria o Irak. Desde la Jefatura de Policía de París, Hollande explicó que el nuevo dispositivo trata de reforzar de manera permanente las herramientas y medios puestos a disposición de las autoridades, más allá del marco eventual del Estado de emergencia instaurado tras los atentados de noviembre, que dejaron un trágico balance de 130 muertos en la capital francesa en ataques coordinados contra una sala de conciertos, un estadio de fútbol, bares y restaurantes y reivindicados por el grupo Estado Islámico. Un Estado de emergencia que ha permitido la apertura de 25 investigaciones judiciales directamente relacionadas con el terrorismo, según datos aportados por el presidente Hollande, que al mismo tiempo reconoció que «no tiene vocación de durar en una democracia». La situación de emergencia se decretó en medio de fuertes críticas a la actuación de los servicios de seguridad. Una de ellas concierne la protección de la redacción de los miembros del semanario «Charlie Hebdo», que fue objeto de amenazas ya antes de la matanza de enero. Consciente de que el combate contra el yihadismo se libra también en internet, Hollande indicó que en este tiempo un centenar de portales web que realizaban apología del terrorismo habían sido bloqueados y evocó la necesidad de aumentar la lucha contra el tráfico de armas mediante una simplificación de los procedimientos judiciales para vigilar flujos financieros.

Durante la tensa jornada, el presidente galo hizo especial hincapié en el reconocimiento a las fuerzas de élite y al trabajo de los policías que intervinieron tanto en los atentados de enero como en los de noviembre. Especialmente presentes han estado tres nombres propios: Clarissa Jean-Philippe, Franck Brinsolaro y Ahmed Merabet, que murieron asesinados por las balas de los terroristas Amedy Coulibaly y los hermanos Kouachi, el 7 y 8 de enero de 2015. Unos ataques que inauguraron un año de terror con el brutal broche del 13-N.