Teherán
«¡Adiós falafel, hola McDonald’s!»
Los iraníes celebran el fin del aislamiento internacional.
Minutos después de que Irán y las potencias mundiales indicaran que habían completado un histórico acuerdo para restringir las ambiciones nucleares de Irán a cambio de suavizar las sanciones económicas, un divertido mensaje de texto comenzó a circular entre los móviles de los jóvenes iraníes. «¡Adiós falafel. Hola McDonald’s!», se podía leer, según informa la agencia Ap. Tardará en llegar la cadena estadounidense, pero lo cierto es que una multitud de iraníes salió ayer a las calles para celebrar el anuncio del histórico acuerdo que podría poner fin a décadas de aislamiento internacional. La población ha seguido muy de cerca las negociaciones durante meses, con la esperanza de que un acuerdo puede permitir la estabilización de la economía, golpeada por años de sanciones. Poco después del anuncio del acuerdo, las calles han sido testigos de la euforia de los ciudadanos por el acuerdo alcanzado, aunque se espera una celebración mayor durante la noche, tras romper el ayuno del Ramadán. «Éste es el primer paso para convertirnos en amigos del mundo», manifestó Bahar Ghorbani, un ama de casa de 36 años de la ciudad de Isfahán, 340 kilómetros al sur de la capital, Teherán. «Creo que el mayor logro de un acuerdo nuclear es la victoria de la lógica y el diálogo sobre la guerra y la violencia», añadió Ghorbani. El acuerdo implicará el fin de las sanciones que han golpeado duramente a la economía iraní, particularmente en los últimos tres años, lo que le dificulta la venta de petróleo y el pago de las importaciones. El odio a EE UU sigue estando presente entre la población y quedó en evidencia la semana pasada en un día de protestas en el que grandes multitudes en todo el país gritaron «muerte a Estados Unidos» y «muerte a Israel».
Abbas Abdí, uno de los políticos reformistas más influyentes, señaló a Reuters que no le importa suspender buena parte del trabajo nuclear del país para conectarse con el mundo. «La parte importante para mí es que Irán ha llegado a un entendimiento mutuo con el mundo y no ha sido humillado», afirmó Abdí. El político fue uno de los estudiantes que atacaron la Embajada de Estados Unidos en 1979 en una crisis que puso fin a la relación entre ambos países. Sin embargo, no todos han celebrado el trato entre Irán y las potencias mundiales. Nassim, un diseñador gráfico de 42 años, indicó que no celebrará el pacto hasta que vea mejoras en su propia vida. «No salí a las calles, es como la celebración por la Copa del Mundo; ¿qué gano yo?», aseveró. «Las calles de Teherán están llenas de descapotables caros; ése es el efecto de las sanciones: los que tenían dinero se han hecho más ricos y los pobres aún son pobres y seguirán siéndolo», aseveró Nassim.
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