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Radicalismo

AfD demandará a los Servicios de Inteligencia alemanes por clasificarla de "extremista"

Un 48% de la población está a favor de la ilegalización de Alternativa para Alemania

El partido Alternativa para Alemania (AfD) ha anunciado este domingo su intención de demandar mañana a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución si el organismo mantiene su clasificación de la formación de ultraderecha como organización extremista.

En un comunicado recogido por Dpa, la dirección federal de la AfD asegura que ya tiene preparada una demanda con carácter urgente contra la entidad y la presentará este lunes ante el tribunal competente.

La carta de advertencia, que establece como límite las 08.00 de la mañana de este lunes, afirma que tanto la clasificación como el "esfuerzo confirmado de extremismo de derecha" como el anuncio de este hecho se consideran manifiestamente ilegales. Fuentes de oficina han confirmado la recepción de la carta pero declinaron hacer comentarios.

Según un comunicado publicado este viernes, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución calificó a la AfD como "un movimiento de extrema derecha confirmado debido al carácter extremista de todo el partido, que menosprecia la dignidad humana".

Hasta ahora el servicio de inteligencia interior alemán había tratado al partido solo como sospechoso de extremismo de derecha.

Por otra parte, las oficinas constitucionales de los estados federados de Sajonia y Sajonia-Anhalt ya habían clasificado anteriormente a las respectivas asociaciones regionales de la AfD como movimientos de extrema derecha confirmados.

El Tribunal Administrativo de Colonia, ciudad del oeste de Alemania donde tiene su sede la oficina central, es competente en primera instancia para las demandas presentadas contra ella.

En mayo de 2024, el Tribunal Administrativo Superior de Münster dictaminó en un caso de apelación que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución clasificó correctamente a la AfD como sospechosa de extremismo de derecha. La disputa legal continúa.

Un 48 % de los alemanes está a favor de prohibir AfD, después de que el servicio de inteligencia interior lo clasificara de extremista, lo que ha reabierto el debate sobre eventuales iniciativas para ilegalizar a la que es ahora la segunda fuerza del país. Según una encuesta del instituto de estudios de opinión Insa para el medio "Bild am Sonntag", frente a ese porcentaje del 48%, el 37 % está en contra de una prohibición. La encuesta revela que una clara mayoría de los encuestados, el 61%, considera que la AfD es un partido de extrema derecha, frente al 31% que no lo cree así.

En las elecciones generales de febrero pasado el partido logró un 20,8% de los votos, solo por detrás de los conservadores.

Sin embargo, las opiniones difieren sobre la utilidad de un eventual proceso de prohibición, que solo puede ser iniciado por el Gobierno, la Cámara Baja del Parlamento y la Cámara Alta, y decidido en última instancia por el Tribunal Constitucional.

En tales procedimientos, habría que demostrar que la AfD está actuando de forma "agresiva y combativa" contra la Constitución.

El 35% de los encuestados cree que una prohibición de la AfD ayudaría a la democracia, mientras que el 39 % opina que la perjudicaría.

El que será a partir del martes próximo vicecanciller y ministro de Finanzas de Alemania, Lars Klingbeil, señaló en una entrevista a 'Bild' que la clasificación de la BfV demuestra que AfD "no es una alternativa", sino un "ataque a Alemania", pero consideró que un eventual proceso de prohibición no puede sustituir a la lucha política contra el partido.

"Lo que no creo es que un posible procedimiento de prohibición, que podría llevar años, en el que el resultado también puede ser incierto, sea la única manera de derrotar a la AfD", argumentó.

"Tenemos que hacer un esfuerzo político para que la vida cotidiana vuelva a funcionar mejor, que el autobús llegue a su hora, que el tren llegue a su hora, que la carretera sea segura, que el puente sea seguro, que la guardería esté bien equipada, que la sanidad en las zonas rurales funcione", señaló Klingbeil.