Crisis en Egipto

Egipto aprueba una dura ley antiterrorista que lo acerca aún más a la dictadura

El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, pronunciando un discurso
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, pronunciando un discursolarazon

El Egipto del ex mariscal Abdel Fatah Sisi se dirige hacia una dictadura incluso mucho más represiva que las tres décadas en la que estuvo vigente el estado de excepción impuesto por el derrocado Hosni Mubarak. La amenaza yihadista y la ola de atentados contra las Fuerzas de Seguridad en el Sinaí han llevado al presidente Al Sisi a endurecer las leyes antiterroristas, una decisión que es vista por sus detractores como un movimiento para amordazar a la oposición e intimidar a la Prensa.

La controvertida legislación antiterrorista recibió la aprobación del Gobierno a principios de julio tras el brutal atentado que acabó con la vida del fiscal general Hisham Barakat en El Cairo y una serie de ataques en el norte del Sinaí que se saldaron con la muerte de 21 soldados. Tras estos episodios. La nueva ley ha provocado duras críticas entre el Sindicato de Periodistas y los medios de comunicación, que alegan que limitará el derecho a la información. Especialmente el artículo 33, que preveía penas de hasta dos años de cárcel para todo aquel que publique de «forma intencionada» noticias que no sean «verídicas» sobre «cualquier operación terrorista» y que «contradigan de alguna forma las informaciones oficiales». A raíz de las críticas, el Gobierno modificó ese artículo y suplió la pena de prisión por multas que oscilan entre 200.000 libras egipcias (22.500 euros) y 500.000 libras ( 58.000 euros). Las penalizaciones también apuntan a las redes sociales.

Además de otorgar más poderes a Al Sisi, la nueva legislación establece la pena de muerte para los condenados por crear, liderar o financiar «grupos terroristas» y prisión para los culpables de promover el «terrorismo». La «guerra contra el terrorismo» se dirige esencialmente contra los Hermanos Musulmanes, que ganaron las elecciones tras la caída del régimen de Mubarak, en febrero de 2011. Desde el alzamiento militar que derrocó al líder islamista Muhamed Morsi en julio de 2014, han muerto unos 1.400 islamistas y más de 15.000 hermanos musulmanes han sido detenidos.