Sucesos
De arquitecto de fama a asesino en serie: así era la doble vida de Rex Heuermann, el criminal de Gilgo Beach
Después de muchos años de pesquisas, este homicida ha sido detenido gracias al ADN encontrado en una pizza y está acusado, de momento, del asesinato de tres mujeres
Rex Heurmann tenía una doble vida, y la segunda era realmente escalofriante. Desde su despacho de consultoría y arquitectura situado a pocos metros del Empire State Building de Nueva York en plena Quinta Avenida, Heurmann conseguía navegar las complejidades de la idiosincrasia legal neoyorquina y obtener los permisos legales que se propusiera. Sin embargo, según los investigadores, en sus ratos libres el exitoso arquitecto se había convertido en un asesino en serie que tuvo en jaque al cuerpo policial durante más de una década. Después de muchos años de pesquisas, Heurmann ha sido detenido gracias al ADN encontrado en una pizza y está acusado, de momento, del asesinato de tres mujeres prostitutas que ofrecían sus servicios en Long Island: Melissa Barthelemy, de 24 años, Megan Waterman, de 22 y Amber Lynn Costello, de 27. Además, también es el principal sospechoso de la muerte de una cuarta víctima, Maurenn Brainard- Barnes, de 25 años.
Entre el 2010 y 2011 un macabro hallazgo tuvo en vilo a toda la población de Long Island, Nueva York. La policía había encontrado en una carretera que llevaba a la playa de Gilgo Beach los restos óseos de al menos 11 mujeres que habían desparecido en los últimos años. La mayoría de las víctimas eran trabajadoras sexuales, y la primera desaparición había tenido lugar la noche del 1 de mayo de 2010. La víctima se llamaba Shannan Gilbert, tenía 23 años y fue vista por última vez cuando salía de la casa de un cliente tras realizar un servicio. Mientras la policía buscaba a la joven, dieron con el cadáver de Melissa Barthelemy también prostituta a la que se vio por última vez el 12 de julio de 2009 cuando iba a visitar a otro cliente. A estos hallazgos les siguieron los de los cadáveres de otras 9 mujeres más. ¨Todas enterradas de manera similar, en un lugar similar. Todas las mujeres eran bajitas y se ganaban la vida de la misma manera¨, explicó ante los medios Ray Tierney, fiscal del distrito del condado de Sufflok donde se encuentra Gilgo Beach.
Rex Heurmann tenía su despacho en la Quinta Avenida, lejos de su casa en Massapequa Park, donde podría haber cometido los asesinatos de varias mujeres
Cuando lo detuvieron, Heurmann dijo entre lágrimas que era inocente, según ha explicado su abogado Michael Brown, y fue puesto en prisión preventiva sin derecho a fianza mientras avanza la investigación sobre su presunta autoría, unas pesquisas que llevaban al menos un año en marcha. Los investigadores tenían al detenido en el punto de mira desde principios del 2022 y habían seguido sus pasos cuidadosamente a la espera de confirmar sus sospechas. Lo más importante era conseguir una muestra de ADN que pudiera ser cotejada con la única prueba física con la que contaban para identificar al asesino, un cabello de hombree que se había recuperado ¨del fondo de la arpillera¨ en el que estaba envuelto el cuerpo de una de las víctimas. En 2010 la ciencia no pudo arrojar resultados de la muestra porque los cabellos estaban muy degradados, pero 13 años después los avances tecnológicos han permitido a la policía conseguir las pruebas que necesitaban. Extraer el ADN del pelo y cotejarlo con un trozo de pizza sobrante que Heurmann tiró a un basurero de la Quinta Avenida en el centro de Manhattan. Los investigadores dijeron que ¨es significativo que el acusado Heurmann, de 59 años, no puede ser excluido del cabello masculino recuperado cerca de la parte inferior de la arpillera utilizada para sujetar y transportar el cuerpo desnudo y fallecidos de Megan Waterman¨, una de las víctimas cuyos restos óseos fueron localizados en 2010.
Tras la detención de Heurmann no han dejado de publicarse nuevos y escabrosos detalles de su vida. Como por ejemplo que el detenido contaba con todo un arsenal de 200 armas de fuego en el sótano de su casa Massapequa Park, una pequeña localidad de cerca de 17.000 habitantes situada en la costa sur de Long Island (Nueva York), y tenía permiso para permiso para usar 92 de ellas. La policía descubrió también en el historial de búsqueda en Internet de su ordenador páginas relacionadas con pornografía infantil, material sádico e información de sus víctimas y las desapariciones.
Ahora la casa del detenido, a menos de nueve km de donde se localizaron los restos óseos de las víctimas, podría ser el escenario de varios de los crímenes. Los agentes llegan a esta conclusión por el hecho de que la esposa del sospechoso, Asa Ellerup (casada con él desde 1996 y que acaba de solicitar el divorcio), y su hijo e hijastra se encontraban siempre fuera de la ciudad en el momento de cometerse los asesinatos, y esto hace pensar que las víctimas podrían haber sido citadas allí. La estrategia le daría control al detenido para acceder a lo que pudiera necesitar a la hora de cometer los crímenes y esconderlos. Buscan encontrar partes del cuerpo o ¨trofeos¨ de los crímenes en su casa.
En esta misma línea de investigación, se están recogiendo testimonios de los vecinos, amigos y personas del entorno del sospechoso. Los investigadores tratan de hacer su trabajo ante la atenta mirada de miles de curiosos que estos días pasan por la casa de Heurmann atraídos por la historia de unos crímenes que tuvieron en vilo a toda la comunidad durante 15 años y que tiene todos los componentes de una producción de terror hollywoodense.
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