Secuestro de periodistas
Ángel, José y Antonio vuelven a casa
Los reporteros fueron liberados ayer tras pasar diez meses secuestrados en Siria.
Los periodistas españoles Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre, que permanecían secuestrados en un punto indeterminado del norte de Siria desde hace casi 10 meses, fueron liberados ayer en la frontera sitio-turca. Todo este tiempo han estado retenidos en suelo sirio por una de las facciones yihadistas del Frente al Nusra, una de las franquicias de Al Qaeda Central (AQC), según informaron a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.
El anuncio fue hecho público por la vicepresidencia del Gobierno español, una vez que los periodistas estuvieron sanos y salvos en territorio turco. El Gobierno español ha enviado un avión Falcon 900 desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) para facilitar su repatriación, que se producirá hoy.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, habló telefónicamente ayer con los tres informadores. La liberación, en la que ha jugado un papel importante en Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español, ha sido posible gracias «al trabajo de muchos servidores públicos y la colaboración de países aliados y amigos», entre los que figuran la propia Turquía, Qatar y otros países del Golfo.
El hecho, dentro de la desgracia que supone un secuestro, de que los periodistas hayan estado en manos de una de las franquicias de AQC, y no del Daesh o Estado Islámico, ha sido un factor «positivo» dada la tradición de este tipo de terroristas de negociar la liberación de secuestrados frente a la actitud sanguinaria e intransigente de los yihadistas que comanda Abu Bar Al Bagdadi.
Las citadas fuentes han señalado que, como en otras ocasiones, no se van a dar detalles sobre las condiciones del rescate, de la facción concreta que los ha tenido secuestrados, dentro del Frente al Nusra, y de cómo se produjo la liberación, ya que suelen formar parte de las propias negociaciones con los captores. Lo que es cierto es que este tipo de operaciones se logran tras el pago de ciertas cantidades de dinero u otras condiciones que suelen permanecer secretas.
Para los yihadistas que combaten en Siria e Irak, en especial los de la órbita de AQC, los secuestros son una fuente de financiación para las necesidades que les supone una guerra subversiva que ya dura tanto tiempo.
Pampliega, Sastre y López llegaron a Estambul el 8 de julio y desde allí viajaron a la frontera con Siria, país al que entraron el día 10 de julio. La última vez que se tuvo contacto con ellos fue el 12 de julio de 2015. Se encontraban entonces en la ciudad de Alepo, al norte del país, que era zona de combate de distintas facciones yihadistas, entre ellas el Frente Al Nusra.
Los tres periodistas contaban al parecer con la «garantía», con lo que valen las garantías en esta zona del mundo, de uno de los jefes locales yihadistas que se habría ofrecido a darles protección para que, dentro de las posibilidades que conlleva una guerra irregular, no les pasara nada.
Su guía, el sirio Usama Ajjan, al que ya conocían de viajes anteriores, colgó en las redes sociales varias fotos con sus «amigos españoles» nada más pisar suelo sirio, lo que inconscientemente pudo alertar a sus captores de la presencia de los tres periodistas en el país. De hecho, el intérprete fue capturado junto a los tres españoles y liberados unos veinte días después.
Tras los primeros momentos de desconcierto, los datos que llegaban a los servicios de información indicaban que afortunadamente no habían sido secuestrados por el Daesh. La sombra de que pudieran ser «vendidos» a esta banda, algo muy habitual cuando al final se trata de forajidos, siempre planeó como un factor negativo para la seguridad de los informadores, pero al final los temores no se confirmaron. También se ha sabido que los españoles compartieron parte de su cautiverio con un ciudadano japonés y una mujer alemana embarazada.
Desde el primer momento, el Gobierno subrayó que actuaría «con todas las medidas» a su alcance, «con todas las capacidades de inteligencia y de las fuerzas de seguridad» para liberar a los periodistas. «Primero hay que saber qué ha pasado», quién los tiene retenidos, «con qué objetivo» y si «buscan un rescate», declaró en aquel momento el ministro de Justicia. Las autoridades españolas no han informado sobre el pago de un posible rescate a los autores del secuestro, si bien se sabe por otros casos que el Frente al Nusra suele pedir dinero para liberar a sus rehenes. Los secuestros que realiza el Estado Islámico casi siempre terminan en asesinatos, con sistemas cada vez más brutales, mientras que lo que Al Nusra va buscando es el rescate económico o el suministros de armas y otros materiales para mantener la guerra.
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