Francia
La izquierda castiga a Valls en las primarias
Hamon, un crítico con las reformas de Hollande, se impone al ex primer ministro, contra quien se enfrentará en segunda vuelta.
Hamon, un crítico con las reformas de Hollande, se impone al ex primer ministro, contra quien se enfrentará en segunda vuelta.
Benoît Hamon y Manuel Valls son los dos hombres que se disputarán la investidura para representar al Partido Socialista en la elección presidencial. Los primeros resultados oficiales, tras el recuento de 3.090 colegios electorales, indicaban anoche que Benoît Hamon recibió el voto del 36,12% de los militantes y simpatizantes socialistas y Manuel Valls, un 31,24%. Lejos de ellos, aparece el tercer contrincante de los siete que se presentaban, Arnaud Montebourg, con sólo un 17,69% de votos.
«Los electores de izquierdas han votado por convicción y no por resignación», afirmó el gran ganador de la noche. «Éstos son los primeros ladrillos con los que construiremos más izquierda», dijo Benoît Hamon tras confirmarse que llegaba en cabeza en la primera vuelta.
El 63% del electorado dijo que había optado por el candidato que representa mejor los valores de la izquierda, mientras que el 36% optó por aquel que puede encarnar mejor la función presidencial. Y eso reflejaban ayer los resultados de las primarias. Parece claro que los votantes, más que las presidenciales, lo que tenían ayer en mente es el futuro del Partido Socialista. Los cinco años de François Hollande como presidente de la República han dejado tras de sí un partido desbastado, los sondeos auguran que el representante socialista no tiene ninguna opción para ganar en las próximas presidenciales, y lo que está ahora en juego es la reconstrucción del partido, que se desangra a la izquierda con las propuestas de Jean-Luc Mélenchon y su Francia Insumisa, y a la derecha con Emmanuel Macron, que se ha negado a prestarse al juego de las primarias a pesar de la insistencia de los dirigentes socialistas, y que preconiza una política liberal y proteccionista.
La campaña de Hamon es la única que ha estado salpicada de ideas nuevas: el salario universal (fuertemente criticado por sus contrincantes), la creación de un «decretazo ciudadano» para sustituir el que ha utilizado el Gobierno de Valls para aprobar la reforma laboral o la creación de colegios electorales en las prisiones, para que los detenidos puedan fácilmente votar.
«Yo estoy aquí para ganar», afirmó Valls recientemente, y ayer vio recompensados sus esfuerzos a pesar de convertirse durante parte de la campaña en el principal objetivo a abatir por parte de sus adversarios. Sobre él ha pesado el lastre de la impopularidad gubernamental, pero no ha renegado de la acción llevada a cabo bajo la presidencia de Hollande. Y se considera como el más capaz para ser investido presidente. «Nada hay escrito sobre la segunda vuelta de las primarias», alertó Valls. «Estoy contento de encontrarme frente a Benoît Hamon. Se presenta una elección muy clara, entre el fracaso seguro y la victoria posible», explicó el ex «premier».
Montebourg apoya a Hamon
Posible, pero difícil, porque el gran perdedor de ayer, Montebourg, hizo una llamada a sus votantes para apoyar a Hamon el próximo domingo, a pesar de algunas diferencias en sus programas como la propuesta del salario universal. «Juntos hemos combatido las políticas liberales del Gobierno que ha llevado a estos resultados, juntos nos fuimos del Gobierno, y seguimos siendo complementarios», dijo en referencia a Hamon.
El próximo domingo, el Partido Socialista elegirá entre Hamon y Valls a su candidato, aunque, salvo una especie de milagro, los que se jugarán la presidencia de la República serán otros: Le Pen, Fillon, Macron y Mélenchon.
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